CIFRAS DEL TRABAJO INFANTIL 2011

MÉXICO, PERÚ Y BOLIVIA LIDERAN EN AMÉRICA LA LISTA DE LOS PAÍSES QUE NO REGULAN ADECUADAMENTE LA ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTO-JUNENIL. ESPAÑA, ESTADOS UNIDOS Y REPÚBLICA DOMINICANA, NO ESTÁN LIBRES DE ESTE FLAGELO. CHILE, ARGENTINA Y BRASIL, APARECEN CON EL FLAGELO BAJO CONTROL.

Texto: Erick Bellido Y.
erick@bellido.cl

Un S.O.S a la humanidad lanzó este mes de junio la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a fin de que las autoridades políticas del mundo adopten medidas urgentes para erradicar el trabajo infantil peligroso, el cual afecta estimativamente a unos 246 millones de niños y adolescentes en todo el mundo, de 5 a 17 años que se encuentran incorporados al trabajo, tres cuartas partes, están atrapados en sus peores formas, que incluyen, entre otros, los trabajos peligrosos tanto por sus condiciones como por su naturaleza, la esclavitud, el tráfico de personas, la servidumbre por deudas, la prostitución, la pornografía y entre otras prácticas ilícitas.
Cada minuto del día en algún rincón del mundo hay un niño trabajador que sufre un accidente, enfermedad o trauma psicológico como consecuencia de su trabajo.
Por ende, en el contexto del Día Internacional contra el Trabajo Infantil, el precitado informe global desarrollado por la OIT, destaca además que los niños en trabajos peligrosos tanto en países desarrollados como en desarrollo, al punto que es factible encontrar evidencias en Estados Unidos y Europa de alto grado de vulnerabilidad de los jóvenes menores de 18 años que son captados para prestar servicios remunerados, exponiéndose a altos riesgos de accidentes laborales, sin tener cobertura médica asegurada.
Si bien entre los años 2004 y 2008 declinó el número total de niños y jóvenes entre 5 y 17 años en trabajos peligrosos, la prevalencia de aquellos entre 15 y 17 años aumentó en 20 por ciento, vale decir, se registró un alza de 52 a 62 millones a escala planetaria.
Pese a que actualmente existe mayor conciencia sobre la problemática, de los importantes logros obtenidos en la última década, es aún demasiado alto el número de niños que trabajan, y en especial el de aquellos que realizan trabajos que revisten diversos grados de peligrosidad.
Para erradicar este verdadero flagelo que atenta contra los derechos fundamentales del niño, deben unificar visiones integradoras tanto los gobiernos, como los empleadores, trabajadores, universidades y ONGs, a fin de empoderar cambios de mentalidad y liderar procesos de diseño y aplicación de políticas y acciones destinadas a extirpar de raíz el trabajo infantil.
El hecho que persista el trabajo infantil en pleno Siglo XXI, revela que el modelo de crecimiento económico mundial deja una desigual brecha en la distribución de la riqueza, por ello, resulta urgente terminar con trabajos que afectan la seguridad, la salud y la moral de los niños.
Cabe destacar, que en 2010, ya la OIT advertía sobre el debilitamiento en los esfuerzos para revertir o mitigar este problema, prospectando que la crisis económica podría detener el avance hacia la meta de su erradicación para el 2016. Ad portas a pasar al segundo semestre de 2011, la situación continúa sin mayores avances, lo que preocupa por el impacto de la crisis y la falta de políticas para cautelar los derechos del niño. Evidentemente, cualquier esfuerzo por garantizar que todos los niños reciban educación al menos hasta cumplir la edad mínima de empleo puede ser considerado un avance.
Pero, pese a una serie de convenios y tratados internacionales ratificados por más de 170 países, no todas las naciones han establecido edades mínimas para trabajar, ni menos un listado con los trabajos peligrosos que se practican al interior de sus territorialidades. Generar en este contexto, acceso a capacitación y organización, permite asumir mejor cuáles son sus riesgos, derechos y responsabilidades.
Exponer menores de edad frente a situaciones peligrosas tiene un impacto especialmente fuerte en los niños(as) y adolecentes, cuyos cuerpos y mentes aún están desarrollándose incluso cuando son adolescentes, obliga consecuentemente a revisitar una mirada en detalle a seis sectores de la economía: pesca, servicio doméstico, minería, ventas ambulantes y agricultura de subsistencia versus explotación laboral.

ESTUDIOS REVELADORES
El mayor número de niños que realiza trabajos peligrosos está en Asia y el Pacífico. Pero la mayor proporción de niños en esta situación como parte del total de la población infantil se encuentra en África Subsahariana. Las investigaciones en torno a la casuística descrita, aportan además las evidencias de que los niños tienen tasas más altas de accidentes y muertes en el trabajo que los adultos. Lógicamente, es significativo el número de niños que trabajan largas jornadas, lo cual aumenta el riesgo de accidentes.
La mayor disminución en el número de trabajadores infantiles en condiciones peligrosas se registra entre las niñas, dado que más del 60% de los trabajadores infantiles que realizan trabajo peligroso son niños.
Por su parte, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela integran el grupo de países con menores niveles de trabajo infantil, con porcentajes que van del 5% al 8%. En medio de la clasificación, se sitúan Colombia, Ecuador y Paraguay, donde trabajan del 10% al 17% de los niños.
En América Latina y el Caribe uno de cada cinco niños (20 millones) ente 5 y 14 años trabaja, según el informe mundial "Un Futuro sin Trabajo Infantil" de la OIT.

REPÚBLICA DOMINICANA
Se estima que ejercen actividad laboral cerca de 436.000 niños y niñas, según un informe presentado por la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil en dicho país. Cifra que podría ser aún mayor, pues hay números negros no considerados por la presencia de cientos de niños, niñas y adolescentes haitianos, que migraron post-terremoto (12 de enero del 2010) con sus familias en busca de mejores posibilidades de vida.
Se debe destacar, que el Estado dominicano, es signatario de acuerdos internacionales a favor de la niñez, entre ellos la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989.
Asimismo, a través del Despacho de la Primera Dama y el Consejo Nacional de la Niñez, el Gobierno trata de concienciar a la población sobre el maltrato infantil y en el conocimiento de la Ley 136-03, del Código del Menor.

MÉXICO
Si bien en México, la Constitución prohíbe el trabajo de menores de 14 años y los mayores de esa edad y menores de 16, éstos deben contar con el permiso de sus padres, tutores o de un sindicato para ejercer actividades remuneradas. Las cifras oficiales indican que a la fecha se contabilizan más de 3,3 millones de niños quienes aportan con su esfuerzo a la economía y gastos de su núcleo familiar, y de los cuales sólo el 25 % acude a la escuela mientras el restante 75% dejó sus estudios para ayudar en su hogar. Dicho de otro modo, se estima que más de 2 millones, literalmente abandonaron sus estudios para trabajar de ayudante, cargador, franelero o lavador de automóviles, incluso muchos caen en redes de prostitución infantil.
Lo cierto, que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) las entidades federativas del país con mayor incidencia de niñas y niños que trabajan son Chiapas, Campeche, Puebla y Veracruz, en donde la tasa de trabajo infantil oscila entre el 29 y 22.4% de la población entre 6 y 14 años. En contraste, en Chihuahua, Nuevo León, Distrito Federal, Baja California y Coahuila las tasas son de entre 8.3 y 6.7%.
Las edades están entre los 6 y los 14 años trabajaban. Esto corresponde a uno de cada seis niños y niñas de este grupo de edad. En las comunidades indígenas esta estadística se duplica: 36% de los niños y niñas trabajan.

PERÚ Y BOLIVIA
Ambos países altiplánicos registran índices que donde el rol laboral infanto-juvenil se mueve entre el 25% y el 35% de los menores de edad que desarrollan diariamente tareas o trabajos que deben ejecutar los adultos. Tanto peruanos como bolivianos lideran los indicadores de trabajo infantil en Sudamérica, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según cifras reveladas por la Unicef,en Perú por ejemplo, se registran 4,7 millones (45%) de niños y adolescentes afectados por estar confinados dentro de la línea de la pobreza, de los cuales más de 2.1 millones de niños y adolescentes se encuentran involucrados en actividades económicas o laborales.
En la región Piura, ya buscan erradicar el trabajo infantil, el cual registra una tasa del 37.7% de niños, niñas y adolescentes que se ven obligados a trabajar, siendo el porcentaje peruano más alto de la zona norte.
Lambayeque, es otra zona que registra altos índices de niños trabajadores menores de 14 años, los cuales superan los 60 mil, dedicándose a diferentes rubros. Del total de ellos, el 50% desarrolla labores en Chiclayo, 30% en la provincia de Lambayeque y el 20% en la de Ferreñafe. A diferencia de otras zonas del país, en dicha región, el cuadro de trabajo prematuro infantil tiene mayor incidencia en la zona urbana que en la rural.
Para concienciar a la población se realizarán ferias ciudadanas para sensibilizar sobre la problemática social. Así, en los últimos 5 años, más de 10.000 menores dejaron de trabajar definitivamente, tras una serie de acciones que puso en marcha el Ministerio de Trabajo (MTPE) para erradicar el trabajo infantil.

COLOMBIA
En la nación cafetera, se contabilizan sólo en Bogotá cerca de 270.000 infanto-juveniles incorporados en condiciones irregulares dentro del mercado laboral.
Los jóvenes mayores de 14 años, según la legislación colombiana están habilitados para trabajar, siempre y cuando, posean autorización especial emitida por el Ministerio de Protección Social de Colombia. No obstante, la jornada laboral no puede exceder las 14 horas semanales.
En áreas urbanizadas la situación tiende a complejizarse, dado que las cifras a tasas por sobre los 5 puntos al pasar del 10,9% al 15,9%, un crecimiento del 46% de niños vinculados al mercado laboral. Así, la ciudad que presentó mayor crecimiento fue Bucaramanga (del 7,3% al 12,1%); seguida de Villavicencio (5,6% a 8,8%) y Medellín (4,1 a 6,3%). Bogotá y Cartagena, en cambio, disminuyeron sus tasas de empleo infantil.
Por culpa del trabajo infantil, el aumento de 34% de niños, adolescentes y jóvenes, significa que de un total de 15,1 millones de colombianos menores de 18 años, el 12,2% está siendo vulnerado en sus derechos, lo que traducido a cifras fluctúa entre 1.805.063 y 1.849.987 el número de niños y niñas que ejercer el trabajo infantil en todo Colombia según el DANE.
Pero, cerca del 36,1% de los menores argumentan que trabajan porque deben aportar a la actividad económica de sus respectivas familias, mientras que el 30% dice hacerlo para tener su propio dinero; y otros dicen que el trabajo los hace honestos (11,9%).
El sector más frecuente en el que los niños colombianos trabajan es la agricultura (37,3%), seguido del comercio (30,5%); servicios (7,8%); industria (13,6); transporte, almacenamiento, comunicaciones (6,9%); construcción (2,1%); actividades inmobiliarias (1,2%); y, minas y canteras (0,5%).

ARGENTINA
En América latina, es el país donde mayormente a crecido el trabajo infantil ha crecido de forma más alarmante, al aumentar seis veces en pocos años, como consecuencia de la crisis económica, según informa el Ministerio de Trabajo Nacional, en la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna), que abarca distintas áreas geográficas del país. Esa encuesta reveló también que el 6,5% de los niños de entre 5 y 13 años cumplen alguna tarea, y que trabaja el 20,1% de los adolescentes de entre 14 y 17.
En las ciudades, los chicos se desempeñan como cartoneros, vendedores de flores, malabaristas callejeros, mendigos, cirujas o explotados sexuales, y están más expuestos al contacto con drogas de todo tipo y su consumo. Según un relevamiento del gobierno porteño de 2006, se considera que el 53% de los niños que trabaja en las calles -los llamados recuperadores urbanos - consume droga.
La pobreza es, en nuestro país, la principal causa del trabajo infantil, pero no es la única. También influyen la desocupación adulta, el trabajo en negro, la demanda de prostitución o pornografía infantil, y factores culturales que tienden a naturalizarlo.

CHILE
Según revela n estudios recientes de la OIT, más de 196 mil niños y adolescentes trabajadores se contabilizan a lo largo y ancho de Chile, de los cuales poco más de 107 mil lo hace en condiciones inaceptables. Muchos de ellos no han cumplido la edad mínima de admisión legal al empleo, vale decir, 15 años, además, en su mayoría no asisten a la escuela, trabajan en la calle, de noche o por más tiempo que la jornada legalmente establecida.
En Chile, como en otras partes del mundo, el trabajo infantil y adolescente se explica por la necesidad que tienen familias muy pobres de asegurar la subsistencia. Algunas de ellas presentan problemas de desintegración de sus hogares, abandono por parte de alguno de los padres, violencia intrafamiliar, alcoholismo e incluso drogadicción.

ESPAÑA
La legislación española prohíbe por mandato de la Ley, la admisión al trabajo a los menores de 16 años, salvo con un permiso especial para espectáculos públicos, y detalla que los menores de 18 no pueden realizar trabajos nocturnos, trabajar más de ocho horas diarias o hacer horas extra. Así, los menores de 18 añoa tampoco pueden realizar trabajos declarados como: insalubres, penosos, nocivos o peligrosos, ya sea para su salud o formación profesional y humana.
No obstante, hay que hacer presente que la Ley no distingue entre hombres y mujeres, como sí hacía la normativa del año 1957, la cual regulaba el trabajo de menores y mujeres debido a un alto concepto que en general al español merece la mujer y la atención que de manera especial debe ser puesta para evitar que un trabajo nocivo pueda perjudicar su naturaleza.
El Ministerio de Trabajo advierte de que aunque la edad mínima para trabajar es 16 años, incluidos los trabajos por cuenta propia, pueden existir infracciones laborales por limitaciones legales que prohíben a los menores de 18 años realizar ciertos trabajos.
Al 2011, curiosamente no existen estudios oficiales que cuantifiquen objetivamente el problema del trabajo infantil en sus peores formas en toda España. Para la prensa de dicha nación, los datos que se arrojan sobre el trabajo de menores es oficialmente "anecdótico" ya que no hay estadísticas duras, aunque el Ministerio de Trabajo a través de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social detectó en 2010 un total de 19 menores trabajando ilegalmente el año pasado, mientras que infracciones relativas al trabajo autorizado fueron 22 casos de menores, por las que impuso multas por un total de 102.012 euros. Entre tanto, el año 2009, las infracciones fueron 22 y afectaban a 56 menores. A estas cifras se suman otros 1.300 menores identificados como víctimas de trata de personas en España por la autoridades policiales. A juicio de Save the Children estos datos son sólo la punta del iceberg de un tema que reposa en las sombras, producto a que las últimas cifras recabadas de forma oficial en España corresponden a un informe del año 2000 realizado por Unicef a petición del entonces Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, estimando un total de 170.000 casos de niños y adolescentes que ejercían actividades remuneradas por servicios diversos prestados en España.
Cálculos aportados al respecto por la ONU, aproximadamente 100.000 menores se dedicaban a tareas domésticas; 15.000 trabajaban a diario en el negocio familiar, 10.000 se dedicaban a tareas agrícolas, ganaderas o de pesca; 10.000 en publicidad, 4.600 en fábricas o talleres y unos 2.000 en venta ambulante. Otros datos se desconocen con real detalle.

FUENTES:
* Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC).
* OIT.
* UNICEF.
* ONU.
* Ministerio del Trabajo de Perú.
* Ministerio del Trabajo de Argentina.
* Ministerio del Trabajo de España.
* Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México.
* DANE de Colombia.