MIO CUORE

LATIDOS CON INTELIGENCIA EMOCIONAL. UNA OBRA CREADA EN ÓLEO SOBRE TELA QUE INVITA A LIBERAR LA IMAGINACIÓN DESDE LA INTROSPECCIÓN. EXPLORA LAS PAUTAS DE TUS HABILIDADES SOCIALES.

Por: Erick Bellido Y

Una nostálgica imagen ilustra Bellido Press. La obra es una realización del afamado pintor chileno de realismo mágico Marcelo Guerra, y quién me regaló la posibilidad de titularla como: “Mio Cuore”.

En ella se plasma la sensibilidad más profunda del ser humano, invitando a redescubrir la importancia de liberar las emociones, en pos de conciliar la calma interior, para luego capitalizar la felicidad y el éxito.

Las capacidades, méritos, eficacia y el coeficiente intelectual hoy, y posiblemente nunca, han sido suficientes para alcanzar las metas, los sueños o nuestras expectativas. Se requiere algo más: la habilidad de entender los propios sentimientos, los de los demás y gestionarlos de manera beneficiosa con el entorno.

Lograr sintonizar y canalizar adecuadamente los sentimientos propios y ajenos es una capacidad que pocos poseen, pero que se puede aprender. Visto así, el manejo equilibrado de las emociones puede resultar una herramienta clave para conectarse armónicamente en esta nueva era de la aldea global, que pareciera ser el imperio de la racionalidad y el cálculo, pero cuyo desarrollo y expansión hacia un mundo mejor, sin embargo, dependen completamente del tipo de sentimiento y las emociones que el ser humano ponga en marcha.

Y precisamente ese es el mensaje profundo plasmado en la pintura, un llamado sutil a cultivar inteligentemente el lado emocional, observando cómo somos y el impacto de nuestras palabras y actos al tratar con colegas, superiores y subordinados.

Analizar las emociones da pautas para comprender nuestro comportamiento en la empresa, como líderes y por extensión como integrantes de equipos de trabajo.

Guerra, en su obra, considera que lo racional acompaña inherentemente al flujo de las emociones, donde prima la obsesión sobre el coeficiente intelectual, algo muy similar a la forma como hasta ahora se manejan los ejecutivos y gerentes de grandes empresas para ser considerados, y no quedar fuera del sistema ante los grandes cambios y reestructuraciones producidas por la tecnología y la vorágine económica.

Ponderando la importancia de abstraer un mensaje a partir de los sentimientos retratados en una obra de arte, se pone en relieve la necesidad de abrir espacio a la inteligencia emocional.

Un paso importante actualmente, si se considera que para desarrollarse, ya sea a nivel personal o laboral, se debe predicar de corazón aptitudes de autoconocimiento, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales para potenciar la seguridad en uno mismo, todo lo cual fortalece el compromiso, la integridad y la comunicación eficaz en pro de alcanzar una nueva proyección.

El arte también puede internar los conceptos de liderazgo, capital humano, gestión, eficiencia e innovación, evidenciando la importancia de reflexionar sobre las emociones, sobre todo si queremos salir airosos en nuestros emprendimientos, no sólo para alcanzar la excelencia en los diversos planos de la vida, sino para  perfilar mejoras en el autodesarrollo humano y equilibrar las energías que nos traen de regreso a la calma con uno mismo y el entorno que nos rodea.

A quienes siguen mi blog, los invito a reencontrarse con sus emociones, pues estoy convencido de que ahí radica la clave para ser mejores personas.

IMPERIO DE LAS EMOCIONES
Lograr sintonizar y manejar adecuadamente los sentimientos propios y ajenos es una capacidad que pocos poseen, pero que se puede aprender, pues es el resultado de una forma de pensar: la Inteligencia Emocional (IE).
Sonia Jara, sicóloga de la Universidad de Chile y experta en el tema, explica que para cultivar la IE se debe empezar por ver cómo "somos" y lo que hacemos al tratar con nuestros subordinados, colegas y superiores.
Para ello es preciso hacer el esfuerzo personal de enfrentarse a uno mismo y observarse en el "espejo implacable" que son los demás. Una tarea nada de fácil. De allí que la IE sea considerada una aptitud superior, por cuanto afecta profundamente a todas las otras habilidades, facilitándolas o interfiriéndolas.
“La Inteligencia Emocional son una serie de conductas destinadas a tener mejores relaciones interpersonales y mejor autoestima. Es la capacidad de conocer y manejar las emociones y sentimientos personales, conocer y diferenciar los sentimientos y emociones de los otros, desarrollar capacidad empática, tener automotivación, ser proactivo, saber expresar pensamientos, enfrentar adecuadamente los conflictos y desarrollar habilidades sociales”, dice Jara.
La experta indica que en Chile regularmente se dictan talleres –especialmente para gente de empresa y docentes– destinados a aprender a desarrollar estas capacidades.
“De hecho, actualmente son muchas las firmas en el mundo que invierten dinero en formar a sus trabajadores en IE. Asimismo, hoy es el factor central a medir en las entrevistas de trabajo”, señala.
A los jefes o líderes de grupos se les entrena en una serie de áreas para que logren canalizar positivamente sus propias emociones y las ajenas en pos de los objetivos finales. “Hay una serie de derechos que las personas tienden a olvidar, como por ejemplo la posibilidad de cometer errores, el derecho a cambiar de idea, expresar una crítica, pedir una aclaración, solicitar ayuda o apoyo emocional, sentir y expresar dolor, recibir reconocimiento por un trabajo bien hecho, negarse a una petición, no justificarse ante los demás, ser tratado con dignidad, entre otros. De ahí la importancia de aprender a ser asertivo y saber cómo y cuándo comunicamos algo”.
No debe confundirse la IE con “el jefe simpático". En momentos estratégicos se puede requerir -por el contrario- enfrentar sin rodeos a alguien para hacerle ver una verdad importante, aunque molesta, que se haya estado evitando.
Jara concluye que la Inteligencia Emocional tampoco significa dar rienda suelta a los sentimientos, "sacando todo afuera" . “Por el contrario, significa manejar los sentimientos de modo tal de expresarlos adecuadamente y con efectividad, permitiendo que las personas trabajen juntas sin roces en busca de un objetivo común”.