CON SUS CERCA DE 90 METROS DE ESLORA, UNA MANGA
DE 8,1 METROS, UN CALADO DE 5,5
METROS, 8 TUBOS LANZATORPEDOS DE 21
PULGADAS, UNA POTENCIA DE MÁQUINA DE 6.000 HP, Y VELOCIDAD DE 12 NUDOS SUPERFICIE
Y 17 NUDOS SUMERGIDO; EL SUBMARINO O’BRIEN, ES UN HITO TURÍSTICO QUE ABRE SUS COMPUERTAS ANCLADO AL RÍO CALLE CALLE DE VALDIVIA.
Texto: erick@bellido.cl
En Chile, la ciudad de Valdivia ofrece una
alternativa hecha a la medida para quienes buscan vivenciar sensaciones
claustrofóbicas y ligadas a la historia de la defensa marítima chilena. Es que la Ilustre Municipalidad de Valdivia, ofrece recorrer por 2 mil pesos (US$ 4) el interior
de un verdadero Submarino.
El museo flotante anclado a la
orilla del Río Calle Calle, es único en su tipo en Chile, y este mes de octubre,
inició su temporada de verano. El objetivo, es atraer al turista con la trepidante
historia del submarino O’Brien, secretos que se van revelando de forma
progresiva en una visita guida que se extiende por más de 40 minutos, sacando a
la luz fragmentos de un submundo reservado celosamente por la marina, pues se
trata de un transporte militar disuasivo y estratégico para el resguardo de la
soberanía marítima nacional. Ahí el valor del emprendimiento científico y
cultural.
De martes a domingo, la pasarela
que conduce hasta la escotilla del colosal museo naval, abre la atención al
público a partir de las 10:30 horas y hasta las 12:50, para luego reabrir de
15:00 a 19:00. Claro, que no es apto para personas que con problemas cardiacos,
vértigo o crisis de pánico.
Antes de ingresar a las
instalaciones en descenso vertical por una muy estrecha escotilla, la
tripulación flotante debe colocarse un casco azul de seguridad y un chaleco
flotador para prevenir potenciales accidentes. Quién no cumple con la norma, simplemente
no sube.
Sorteadas las indicaciones de
seguridad se inicia el tour. Se puede acceder sin restricción a todas las
dependencias, incluyendo baños, revisar las literas, explorar sala de reuniones
o espacios de convivencia, o bien, observar y palpar instalaciones estrechas
llenas de fierros, tubos, medidores de presión, equipos de comunicaciones, ecosondas
y sonares, los cuales configuran los escenarios más impresionantes de la nave: la
sala de torpedos y la sala de máquinas.
El recorrido está cruzado por una
serie de letreros que advierten la necesidad de mantener silencio para no ser
detectados por el enemigo. Bajo el agua hay que mantenerse silente para no ser
detectados por los sonares de barrido. Las luces fluorescentes indican que es
de día, mientras que las luces rojas denotan que es de noche. Son parte de los
detalles que narra el guía durante el recorrido, que de tan entretenido, se
hace rápido, quedando escasos minutos para la foto, pues nadie quiere perderse
los detalles tras las anécdotas que implica asumir la odisea de vivir 40 días o
más a bordo de un submarino.
TENGA PRESENTE
El submarino posee 90 metros de
eslora, una manga de 8,1 metros, un calado de
5,5 metros. En sus años de operaciones, contaba con una dotación de 8
oficiales y 65 tripulantes. Desplazaba 2.030 toneladas a flote y 2.410 toneladas sumergidas. Contaba con 8 tubos lanzatorpedos de 21
pulgadas, una potencia de máquina de 6.000 hp, una velocidad máxima de 12 nudos
superficie y 17 nudos sumergido.
Entre octubre y noviembre la
demanda turística no es tan intensa como en el periodo estival. Pero los
recorridos usualmente no superan las 10 personas, debido a la estrechez de los
pasillos interiores del submarino.
Si después de leer la nota, le
interesó la idea de visitar el museo, entonces debe saber que usualmente no se
hacen reservas, salvo que se trate de visitas de colegios o empresas. Ah!, sólo
pueden ingresar niños(as) mayores de 10 años. Y en caso de producirse lluvias
intensas, las visitas son suspendidas automáticamente, dado que el museo por
ser flotante... ¡se mueve!.
HISTORIA DE UN LEGADO PATRIMONIAL
El Submarino O’Brien clase Oberon
fue construido en 1971 por solicitud de la Armada de Chile en los Astilleros
Scott’s Shipbuilders Engineering Co. Ltd., en Greenock, Escocia. Fue botado al
mar el 22 de diciembre de 1972, para zarpar rumbo a Chile cuatro años más
tarde. Su destino fue la ciudad de Punta Arenas, hasta que recaló en puerto un día 10 de agosto
de 1976.
Después de cumplir 25 años de
servicio, la Armada de Chile determinó la necesidad de darlo de baja, dejando
de operar de forma definitiva el 31 de diciembre de 2001. Siete años más tarde,
terminó siendo comprado por la Municipalidad de Valdivia, administración que fue
traspasada a fines del año 2008 a la Corporación Cultural Municipal de
Valdivia, entidad que reconvirtió el
Submarino O’Brien, en el segundo museo naval de la clase Obreron que se
encuentra a flote en el mundo. Una iniciativa que en América del Sur, también
han replicado países como Brasil y Perú.
Cabe hacer mención, que la nave debe
su nombre en homenaje al teniente Jorge O’Brien, joven marino irlandés que
perteneció a la Real Marina Británica y que llegó a Chile a principios de 1818
para incorporarse en la lucha por la Independencia. El aporte a la historia
naval de Chile se ve consolidado tras su actuación como comandante de la
fragata Lautaro y abordar el 27 de abril de 1818 la fragata española Esmeralda,
en cuya cubierta murió luchando con honor y gloria.
FICHA TÉCNICA
-
Línea de valoración: generar identidad cultural
-
Objetivo: incorporar la herencia cultural marítima
a la vida cotidiana, fomentando así el aprecio por la cultura local, para
mejorar el sentimiento de identidad ciudadana.
-
Museo Submarino O’Brien: iniciativa de carácter privado
que busca restaurar y poner en valor el patrimonio naval chileno a través de la
apertura y funcionamiento de un recinto único en su tipo en Chile.
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