Libro de investigación histórica, revela de forma descarnada magros pasajes acontecidos
al sur de Chile y Argentina, de manos de la conquista europea, revelando como
se fraguó el reparto de las tierras y el genocidio de los pueblos originarios
para la instalación de terratenientes al fin del mundo con la promesa de traer riqueza y prosperidad.
Texto: Erick Bellido / Fotos: Gentileza Editorial Catalonia
Recientemente dispuesto en
librerías, el historiador español José Luis Alonso Marchante, reveló los
alcances de su más reciente investigación, y que lleva por título “Menéndez, Rey
de la Patagonia”. Un profuso estudio que submarinea por una infinidad de confesiones
de vida y documentos olvidados en el tiempo, sacando a relucir escabrosos pasajes
hasta ahora desconocidos de la memoria oscura de Chile, vinculada a la mutación
socio-cultural de la Patagonia chilena y argentina desde fines del siglo XIX,
influenciada por la hegemonía de la familia Menéndez-Braun, la cual amasó una
de las riquezas más apoteósicas de
América Latina y cuyo legado incluso alcanzó al Rey de España. Lo anterior, según
se desprende del texto, determinó el financiamiento para activar el genocidio
de los pueblos originarios del cono sur y el posterior reparto de las tierras.
Es así como los capítulos dan cuenta
de un acucioso perfil biográfico al migrante asturiano conocido como José Menéndez
y que llega a Chile en 1868 tras una breve estancia en Cuba, y al poco tiempo
recibe miles de hectáreas donadas por el gobierno de Chile para colonizar la Patagonia
y traer desarrollo económico además de establecer reservas indígenas, situación
que claramente nunca ocurre. Pero las páginas además narran una serie de
procesos históricos cargados de abusos, cacerías, sangre, ambición, remate de
hombres, mujeres y niños de pueblos originarios de la Patagonia de Argentina y
Chile. Un descarnado relato sobre la
instalación de terratenientes europeos que llegaron a imponer su visión de
mundo avasalladora, que incluso termina transformando la biodiversidad, tras la
incorporación de la oveja y la desaparición del guanaco.
El resultado de la polémica y
profusa investigación desplegada en Buenos Aires, Santiago y la capital
magallánica, instala una verdad histórica por medio de la exposición de un cúmulo
de evidencias que intentan objetivar hechos mediante la entrega de extensos y vividos
relatos debidamente documentados sobre lo que ocurrió en Chile, pero que a su
vez, da cuenta de turbulentos hitos anclados a un cruento proceso de conquista
con tintes de tragedia, ya que el historiador logra reconfigurar la conquista
de la Patagonia chilena a través de la revisión de innumerables archivos recopilados
en ambos países, hilvanando fragmentos del pasado anclados al sur del mundo.
A modo de ejemplo, en Punta
Arenas encuentra mucha memoria oficial vinculada a Menéndez, pasado que se mescla
con el presente, pues aún existe su casa hoy transformada en museo, al igual
que los principales palacios presentes en la zona que tienen directa relación con
su familia, entre otras huellas de un colonizador marcado por hechos de sangre,
y que se desprende al revisar los archivos de los salesianos quienes tenían su
misión al lado de los terrenos de Menéndez, razón por la que describen con
horror hacia 1893, las matanzas de indígenas de las cuales fueron testigos.
Lo antes expuesto, es reforzado
en su trama argumental, ya que el año 2013, el historiador encontró en la
Biblioteca Nacional de España el texto del misionero salesiano, naturalista y
expedicionario Alberto de Agostini, cuyo título original era ‘Treinta años en
Tierra del Fuego’. Insumo clave para el investigador, pues le permite comprobar
que en las actuales reediciones del texto, presentaba múltiples párrafos censurados,
donde Agostini señalaba sin trepidar que la extinción del pueblo Selk’nam en la
Patagonia chilena y argentina no fue obra de su “ignorante glotonería”, o bien
de las presuntas guerras entre tribus, sino producto del exterminio y la cacería
en pleno Siglo XX, ordenada por el latifundista del extremo sur de Chile: José
Menéndez.
En uno de los párrafos censurados
del libro escrito por Agostini en 1929 se lee: “Exploradores, estancieros y
soldados no tuvieron escrúpulos en descargar sus mauser contra los infelices
indios, como si se tratase de fieras o piezas de caza”.
Este y otros hallazgos usted
puede encontrarlos en ‘Rey de la Patagonia’, texto recientemente lanzado en Chile y que,
según historiadores expertos en La Patagonia, como Osvaldo Bayer, vendría
siendo “el libro definitivo sobre la verdad ocurrida en el sur chileno y
argentino”.
Pero el libro no sólo aborda el
drama del exterminio de los pueblos originarios patagónicos, sino que además,
aborda otras fibras sensibles, relacionadas con las matanzas de más de 1.400
obreros chilenos en 1921, ya antes
REFERENCIA DEL
HISTORIADOR
José Luis Alonso Marchante, nació en 1971 en Gijón, España. Es licenciado
en Economía de la Universidad de Zaragoza y estudió Historia en la Universidad
Complutense de Madrid, ciudad donde vive en la actualidad. Fundador del Grupo
de Investigación Frente Norte en 2006, cuenta a su haber con dos publicaciones:
‘Muerte en Somiedo’ (2007) y ‘El rey de la
Patagonia’ (2014).
FICHA DEL LIBRO
Editorial: Catalonia
(Chile) / Publicado en Argentina y España
por el sello Losada.
Autor: José Luis
Alonso Marchante
Nacionalidad:
Español
Tiempo de
investigación: 5 años.
Estilo: narración
histórica escrita como novela
Páginas: 352 pp
Valor de referencia: 15.000
pesos
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