RITOS,
INVOCACIONES, PRÁCTICAS DE ADIVINACIÓN Y HECHICERÍA, LOGRARON TENSIONAR A LA
ARISTOCRACIA CRIOLLA EN TIEMPOS DE LA COLONIA, ACTIVANDO UNA VERDADERA CACERÍA
DE BRUJAS, QUE TERMINÓ CON JUICIOS Y HECHOS DE SANGRE ENTRE HISPANOS, PUEBLOS
ORIGINARIOS Y ESCLAVOS. REVELAMOS AQUÍ ALGUNOS DE ESOS DESCONOCIDOS PASAJES.
Texto: erick@bellido.cl
Editorial Pehúen, una
vez más desempolva el pasado, esta vez, de la mano del historiador Eduardo Valenzuela Avaca, quién comparte el
resultado de su más reciente investigación en un documentado libro que lleva
por título “Maleficio. Historias de Hechicería y Brujería en el Chile Colonial”.
Una intrigante materia
escrita en formato de ensayo, que da cuenta sobre los obscuros pasajes vinculados
a prácticas de hechicería, la cual consignaba severos castigos para los hechizadores
y para quienes solicitan sus servicios, sean indígenas o españoles, según lo
decretara en 1551 el primer concilio de Lima; mientras que 16 años después, el
segundo concilio de Lima exhorta a identificar y encarcelar a los hechiceros, especificando
que quedan excluidos aquellos que practican la medicina herbolaria sin recurrir
a rituales supersticiosos.
Siguiendo las
disposiciones del Virreinato del Perú, la justicia chilena dictó duras
sentencias durante el tiempo de la Colonia, basada en la jurisprudencia del
vecino país y la visión europea, donde el modelo de brujería era considerado un
verdadero acto de sacrilegio ligado a prácticas demoniacas. Por eso a partir de
1571 se ordena que los indígenas que practican la hechicería sean sometidos a
juicio.
El libro da cuenta de innumerables
juicios, principalmente en contra de indígenas, inculpados de cometer actos de
maleficio, como una forma de extirpar del tejido social las numerosas prácticas
y creencias que daban vida ritos que congregaban invocaciones de brujería,
hechizos y adivinación, donde los protagonistas solían ser esclavos pertenecientes
a diversas etnias africanas, quienes mantenían contacto con indígenas para
cobrar vendettas que terminaban por asustar a los capataces mestizos, huestes españolas
e incipiente aristocracia chilena.
EN
LA SOCIEDAD MAPUCHE, LA PRÁCTICA DE LA HECHICERÍA
CON RESULTADO DE MUERTE ERA
CASTIGADA CON LA HOGUERA.
Así, según consta en
los procesos judiciales de la Colonia, era parte de la creencia popular que
brujos y brujas se reunían durante la noche de los fines de semana en socavones,
grutas o cuevas secretas habitadas por seres de características sobrenaturales,
como el chivato, el ivunche y la serpiente ihuaivilu, para beber, comer, bailar
y celebrar su trato con el demonio. Incluso, se pensaba que quienes practicaban
estas ceremonias ligadas a la magia negra, tenían la capacidad de transformarse
en fauna terrestre y aérea para espiar a los humanos sin ser descubiertos.
Pero más allá de todo
lo pronosticado, en vez de extirpar estas prácticas, se volvieron menos visibles,
siendo heredadas de generación en generación, para ser asimiladas con las
creencias mágicas y cosmogonía de los pueblos originarios de Chile, con la
finalidad principal de aplicarla para provocar daño a los enemigos y en
sortilegios amorosos que buscaban dominar la voluntad del ser amado.
HITOS
DE LA CAZA DE HECHICERÍA
1575: El gobernador
Rodrigo de Quiroga nombra a un juez de comisión para que visite los pueblos de
indios y asientos mineros con el fin de identificar, detener y castigar a los
hechiceros culpables de practicar la magia negra con resultado de muerte.
1579: María de Encío,
casada con Gonzalo de los Ríos y abuela de La Quintrala, es sometida a proceso
por la Inquisición, acusada de practicar la quiromancia y la adivinación, entre
otros delitos. Confiesa, además, haber practicado la magia amorosa.
1582: El tercer
concilio de Lima deroga las disposiciones del primero y ratifica las del
segundo, ordenando la aplicación de penas corporales suaves a los indígenas que
practican la hechicería.
1593: El gobernador
Martín García Oñez de Loyola instruye a los administradores de pueblos de
indios para que informen sobre la existencia de hechiceros, a objeto de que
sean detenidos y juzgados.
1626: El sínodo
diocesano de Santiago determina diversos castigos para quienes se dedican a la
hechicería y para quienes solicitan sus servicios.
1671: La Real Audiencia
comisiona a un juez para que descubra a los indígenas que practican la
hechicería.
1693: Se enjuicia a un
grupo de catorce indígenas de Vilcún, varios de ellos caciques, acusados de ser
brujos y de intentar dar muerte a los caciques amigos de españoles.
1731: El maestre de
campo Bartolomé de las Cuevas presenta una querella contra el indígena Juan de
Quiroga, acusándolo, entre otros cargos, de haber intentado provocarle un
maleficio mediante unos polvos.
1739: Se sigue proceso
judicial al indígena José de Acosta, acusado de ser brujo y de haber lanzado un
maleficio al hijo de Don Tomás de la Sierra.
1749: Se enjuicia en
Chillán a un grupo de indígenas acusados de hechicería.
1787: Fundación de la
sociedad de hechiceros "La Mayoría" en Quicaví, Chiloé.
todavía existen
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