MUMMY CHINCHORRO FOR EVER

SON  LAS MOMIAS MÁS ANTIGUAS DEL MUNDO, SU TRADICIÓN DE MOMIFICACIÓN DATA DE HACE 7 MIL AÑOS, ES DECIR, CASI 2.950 AÑOS ANTES QUE LAS MOMIAS DESCUBIERTAS EN EL PROPIO EGIPTO. AHORA CHILE, BUSCA RESIGNIFICAR SU LEGADO Y PONER EN EL MÁXIMO PEDESTAL ESTA DESCONOCIDA MARAVILLA PATRIMONIAL DE TODA LA HUMANIDAD.  

Texto y fotos: Erick Bellido / culturacvm@gmail.com

En medio del desierto más seco del mundo, surge la primera cultura que se tenga conocimiento en todo el orbe en manejar la técnica de momificar cuerpos para hacerlos trascender en el espacio-tiempo. Ese legado se debe a la cultura Chinchorro, anclada en la zona norte de Chile al interior del Valle de Camarones.  

Son indiscutiblemente reconocidas por el mundo de la cultura y las ciencias, incluso comisiones de egiptólogos han viajado a Chile para conocer en directo las características de esta extinta población del extremo norte de Chile, trabajando en colaboración con antropólogos físicos y arqueólogos de ambos países al interior del museo que las preserva en el Valle de Azapa en la ciudad de Arica, reconociendo asombrados tras diversos análisis que esa técnica para momificar, es incluso, más antigua que la aplicada en los faraones del antiguo Egipto.

Félix Olivares, investigador del Laboratorio de Bioarqueología del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá (Chile) sostiene que los vestigios de las momias Chinchorrro se han encontrado a escasos centímetros de la superficie con cúmulos de restos humanos envueltos en tejidos y elementos de uso cotidiano. Es así, como cada vez que se realizan excavaciones se debe trabajar con mucho cuidado, para evitar eventuales deterioros frente a potenciales hallazgos de alto valor arqueológico para toda la humanidad, ya que no siempre resulta simple extraer cuerpos momificados y  que  luego sirvan para preservar las momias y para difundir la precitada cultura.

Si bien, históricamente, las políticas culturales del Estado de Chile, han impulsado sendos esfuerzos por poner en valor a las poblaciones chinchorro, se espera que de cara al segundo semestre del año 2021 sean decretadas patrimonio mundial de la humanidad. Para ello trabajan intensamente diversas instituciones entre las que destaca la Universidad de Tarapacá, Sernatur, el Ministerio de las Culturas y las Artes, y una red de diversos investigadores para elevar del valor cultural y arqueológico que guarda este milenario asentamiento de pescadores que habitaban las costas del desierto de Atacama hace más 7 mil años, es decir, 1.500 a.C., desde Ilo hasta Antofagasta, logrando establecer su núcleo en lo que hoy se conoce como la ciudad de Arica, dejando su rastro en los valles de Azapa, Camarones y Lluta. 

Si bien, ya ha pasado casi un siglo desde que el arqueólogo alemán Max Uhle -el padre de la arqueología científica en buena parte de Sudamérica- describió por primera vez las momias chinchorro en su libro Los aborígenes de Arica (1917), recién este año 2021 se vuelve a resignificar su legado para abogar porque se transformen en un patrimonio de toda la humanidad, en un claro y directo guiño a la UNESCO.

Entre pesca y caza 

Las poblaciones chinchorro eran grupos de cazadores, pescadores y recolectores que habitaron el borde costero del extremo occidental del continente Sudamericano entre los años 7.000 y 1.500 antes de Cristo. «Ocuparon desde Hilo, Perú, hasta el sur de la ciudad de Iquique», cuenta Olivares. «Eran sobre todo pescadores, de hecho desarrollaron una patología en el oído llamada osteoma del conducto producto de la gran profundidad a la que se sumergían». Según las investigaciones conducidas desde la Universidad de Tarapacá gracias al estudio de las especies encontradas junto a los restos de los chinchorro, podían bucear hasta profundidades de varias decenas de metros.

Las condiciones atmosféricas de este rincón del inclemente desierto de Atacama ya son de por sí capaces de favorecer la momificación natural. Pero la cultura chinchorro ya en su periodo arcaico -antes de adoptar la agricultura- desarrolló complejos ritos funerarios que no existían en ningún otro lugar del mundo en aquella época.

A partir de las investigaciones lideradas por Bernardo Arriaza, jefe del laboratorio de Bioarqueología y director del Instituto de Alta Investigación, y por Vivien Standen, investigadora de la Universidad de Tarapacá, además de las llevadas a cabo por Iván Muñoz, director del Departamento de Antropología de la Universidad de Tarapacá, y por Calogero Santoro, profesor titular del Instituto de Alta Investigación del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tarapacá, se ha podido ahondar en los procesos antropológicos y culturales que llevaron a esta cultura por la senda de la momificación.

Se debe tener presente que la tecnología de los objetos materiales que estas poblaciones elaboraron con  sus propias manos no era tan complejas como las descubiertas en Egipto, pero eso no las hace menos significativas, muy por el contrario. 

Así por ejemplo, el rito mortuorio de estas momias pone el énfasis no en los objetos, sino en el cuerpo», explica Olivares. Por ese motivo los chinchorro fueron variando sus técnicas funerarias, lo que dio lugar a tres tipos de momias: las negras, las rojas y las momias vendadas, que son una variación de las rojas, según los investigadores.

Llama poderosamente la atención que la técnica de momificación encontrada en el norte de Chile implica procesos culturales profundos, pero además demanda conocimientos respecto de la anatomía humana. En las momias negras mutilaban completamente los cuerpos, sacaban los órganos, extraían los huesos y luego los volvían a poner en su sitio. Sabían cómo iba articulado el fémur con la tibia, cuál es la epífisis distal y cuál la proximal. Sin duda alguna, son momias de preparación complicada. En las momias negras, los Chinchorro abrían los cuerpos y los cráneos y desarmaban los cuerpos con puntas líticas. 

Hasta aquí la historia suena bien interesante, pero no se debe perder de vista que este patrimonio es vulnerable al paso del tiempo, lo que lo hace estar en permanente amenaza para lograr preservarlo para las futuras generaciones. Ya el año 1995 la prestigiosa revisa  'National Geographic' señalaba que muchas momias se han deteriorado más en la última década que en los 5.000 años anteriores, por lo que se requiere esfuerzos de la comunidad científica, del gobierno de turno que administre el destino de Chile, de museos, universidadades y filántropos culturales para perpetuar en el tiempo un patrimonio material e inmaterial único en su tipo a escala global.

Ver más aquí: Momias chinchorro declaradas patrimonio de la humanidad 

https://www.schhg.cl/wp-schhg/wp-content/uploads/2021/08/Momias-Chinchorro.pdf