En un reciente estudio desarrollado por la Universidad de Manchester, Urbantippingpoint y la Corporación SUR, denominado "Entendiendo el punto de inflexión del conflicto urbano. Violencia, ciudades y reducción de la pobreza en los países en desarrollo" (1), se deja al desnudo cómo ocurre ese tránsito desde el conflicto a la violencia urbana, en sus distintas manifestaciones, para lo cual utiliza dos conceptos: punto de inflexión y cadenas de violencia, logrando identificar puntos de entrada para la implementación de políticas y programas que permiten reducir la violencia en las ciudades, ya sea a través de los puntos de inflexión o las cadenas de violencia.
En el contexto de la investigación precitada, el concepto de punto de inflexión (2) alude a un cambio repentino o inesperado; entendido también, como aquel momento en que un proceso social específico y acotado pasa a ser algo generalizado. Puede referirse a cambios tanto cuantitativos como cualitativos. Así, la noción de cadena de violencia se refiere a la forma como se relacionan o articulan distintos tipos y formas de violencia; por ejemplo, violencia verbal, psicológica, física y sexual, como una cadena en la violencia de género, contra las mujeres, o bien, volcada hacia los conflictos urbanos.
La metodología del estudio, acogió cuatro ciudades de distintas partes del mundo, vinculadas a diferentes tipos y niveles de violencia: Patna, en India, con foco en el tema de la pobreza, pero de bajos niveles de violencia; Dili, en Timor Oriental, con foco en el tema de la juventud y altos niveles de violencia; Nairobi, en Kenya, con foco en el tema de la violencia política y exclusión, y altos niveles de violencia; y Santiago de Chile, con foco en la violencia de género y bajos niveles de violencia urbana.
En Santiago, Chile, fue explorada en profundidad la violencia urbana a partir de una lectura una metrópolis configurada como ciudad neoliberal, resultado de las políticas y programas implementados a lo largo de los últimos cuarenta años. En este periodo se identificó dos puntos de inflexión significativos: el golpe de Estado 1973 y la transición a la democracia 1989. Siguiendo a Galtung 2004, (3) se distinguen tres tipos de violencia: violencia directa contra las personas, ya sea física o psicológica, y visible; violencia estructural, invisible, oculta en las estructuras que impiden o niegan la satisfacción de necesidades básicas humanas; y violencia cultural, que provee el marco que da legitimidad al ejercicio de las violencias directa y estructural. Estos tipos de violencia están interconectados entre sí, aunque ello no siempre resulta obvio ni fácil de percibir.
El trabajo de campo se realizó en tres sectores de Santiago —La Dehesa, comuna de Lo Barnechea; Contraloría, comuna de La Florida; y El Castillo, comuna de La Pintana— representativos de tres niveles socioeconómicos diferenciados, alto, medio y bajo, respectivamente. Se trabajó utilizando la Metodología de Evaluación Participativa (4). Los resultados de campo muestran que la violencia tiene distintas expresiones según clase, género y lugar, las cuales se hacen evidentes a través de formas de violencia directa. Sin embargo, al consultar sobre las causas que las explican, los participantes en los tres sectores estudiados coinciden en explicaciones que aluden a la violencia estructural y cultural, y cuestionan el modelo neoliberal. Como sostiene Galtung, la violencia visible y manifiesta es solo la punta del iceberg.
NOTA: Si deseas profundizar sobre estos y otros alcances, contacta a la Corporación de Estudios Sociales y Educación SUR. http://www.sitiosur.cl/En el contexto de la investigación precitada, el concepto de punto de inflexión (2) alude a un cambio repentino o inesperado; entendido también, como aquel momento en que un proceso social específico y acotado pasa a ser algo generalizado. Puede referirse a cambios tanto cuantitativos como cualitativos. Así, la noción de cadena de violencia se refiere a la forma como se relacionan o articulan distintos tipos y formas de violencia; por ejemplo, violencia verbal, psicológica, física y sexual, como una cadena en la violencia de género, contra las mujeres, o bien, volcada hacia los conflictos urbanos.
La metodología del estudio, acogió cuatro ciudades de distintas partes del mundo, vinculadas a diferentes tipos y niveles de violencia: Patna, en India, con foco en el tema de la pobreza, pero de bajos niveles de violencia; Dili, en Timor Oriental, con foco en el tema de la juventud y altos niveles de violencia; Nairobi, en Kenya, con foco en el tema de la violencia política y exclusión, y altos niveles de violencia; y Santiago de Chile, con foco en la violencia de género y bajos niveles de violencia urbana.
En Santiago, Chile, fue explorada en profundidad la violencia urbana a partir de una lectura una metrópolis configurada como ciudad neoliberal, resultado de las políticas y programas implementados a lo largo de los últimos cuarenta años. En este periodo se identificó dos puntos de inflexión significativos: el golpe de Estado 1973 y la transición a la democracia 1989. Siguiendo a Galtung 2004, (3) se distinguen tres tipos de violencia: violencia directa contra las personas, ya sea física o psicológica, y visible; violencia estructural, invisible, oculta en las estructuras que impiden o niegan la satisfacción de necesidades básicas humanas; y violencia cultural, que provee el marco que da legitimidad al ejercicio de las violencias directa y estructural. Estos tipos de violencia están interconectados entre sí, aunque ello no siempre resulta obvio ni fácil de percibir.
El trabajo de campo se realizó en tres sectores de Santiago —La Dehesa, comuna de Lo Barnechea; Contraloría, comuna de La Florida; y El Castillo, comuna de La Pintana— representativos de tres niveles socioeconómicos diferenciados, alto, medio y bajo, respectivamente. Se trabajó utilizando la Metodología de Evaluación Participativa (4). Los resultados de campo muestran que la violencia tiene distintas expresiones según clase, género y lugar, las cuales se hacen evidentes a través de formas de violencia directa. Sin embargo, al consultar sobre las causas que las explican, los participantes en los tres sectores estudiados coinciden en explicaciones que aluden a la violencia estructural y cultural, y cuestionan el modelo neoliberal. Como sostiene Galtung, la violencia visible y manifiesta es solo la punta del iceberg.
(1) Este es un proyecto de investigación coordinado por Caroline Moser, del Global Urban Research Centre, Universidad de Manchester, financiado por ESRC/DFID Joint Scheme for Research on International Development (Poverty Alleviation). Los equipos de trabajo en las cuatro ciudades estudiadas son: Eco-Build Africa en Kenya; el Institute for Human Development en India;, el Centre on Conflict, Development and Peacebuilding en el Graduate Institute of International and Development Studies, Ginebra, Suiza; y Sur Corporación de Estudios sociales y Educación en Santiago, Chile.
(2) Malcom Gladwell, The Tipping Point. How little things can make a big difference (Boston: Little, e Brown, 2000).
(3) Johan Galtung, “Violencia, guerra y su impacto. Sobre los efe.ctos visibles e invisibles de la violencia”, Polylog. Foro para filosofía intercultural (2004). En: http: //them.polylog.org/5/fgj-es.htm
(4) La Metodología de Evaluación Participativa es una metodología cualitativo de tipo etnográfico. Fue originalmente desarrollada por Robert Chambers (1992,1994) como Participatory Rural Appraisal (evaluación rural participativa) en áreas rurales. Las técnicas utilizadas, también aplicables en áreas urbanas, han sido ampliamente utilizada por Caroline Moser y otros investigadores en estudios y evaluaciones de la pobreza, y en variados estudios del Banco Mundial.
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