¿Qué significa?,
¿Desde cuándo existen?, ¿Cómo piensan?, ¿De qué forma se diferencian?. Preguntas que aunque fueron más fáciles de responder los años 80’ y 90’, hoy vuelven a salir a la luz desde segmentos adolescentes. Una anti-tendencia que toma íconos del Brit Pop y New Wave, y que extrapoló a la
forma de ser, actuar y vestir, pero fuera de toda moda y sacada del contexto social actual. Aquí un breve submarineo explorativo.
Texto: Erick Bellido Y.
No es tan simple definir una forma de vivir y sentir. Pero en algo ayuda volver a revisar videos en Youtube de música facturada en Europa en la década de los 80' revisando el legado y contenido brindado por grupos como Blur, Placebo, Suede, Pulp, y Oasis, todos los cuales reflejaron en parte el sentir ‘hipsters’. Una forma de ser, redescubierta por un amplio segmento adolescente en Chile, Perú y Colombia. Las niñas desde los 13 y 20 años usan accesorios como lentes grandes, pañuelines, calcetas y gorras como sacadas del armario de la abuela, camisas abotonadas y blondas en los puños, con faldas en tonos grises y telas que expelen olor a naftalina. Y los niños entre 15 y 20, usan ropas que parecen prestadas de un contexto epocal no vigente. Usan bermudas en telas de gabardina o cuadrillé con calcetas azulinas hasta sus rodillas, incorporan suspensores, boinas españolas o gorros de lana, además de usar poleras con motivos y banderas británicas, o bien optan por chalecos con rombos y reloj análogos. Aunque igual utilizan celulares y chatean en la web, pero siempre en su onda. Son vistos como una nueva tribu urbana emergente. Se han ganado un espacio y respeto, pues hasta el momento parecen no ser discriminados por sus pares, aunque de todas formas los adolescentes tradicionales, los observan con cierta curiosidad.
Pero volviendo la mirada hacia una o dos décadas atrás, los ‘hipster’ han sido definidos como una subcultura derivada del Brit Pop y del New Wave, con un marcado sello rupturista, lo cual denota una necesidad por denotar rasgos pasivos pero rebeldes tanto en hombres y mujeres. Actualmente, entre los 21 y 35 años, marcan su actuar valorando corrientes de pensamiento independientes. Su parada es homologable a la de algunos movimientos sociales que pugnan por ser y no ser, por eso circulan en sentido opuesto evidenciando tras su paso una contra-cultura, dando espacio incluso a la filosofía matizada con socio-política progresista. Y claro, no puede quedar fuera su apreciación del arte, el indie-rock, dejando entrever que son creativos e inteligentes para desarrollar bromas ingeniosas, o simplemente circular entre la muchedumbre sin pasar desapercibidos.
Aun cuando son minorías, las mayores concentraciones de los hipsters se encuentran viviendo en ciudades cosmopolitas de todo el orbe. Además de Santiago, Bogotá y Lima, con más frecuencia en países como Estados Unidos, se los encuentra en el Parque Wicker Williamsburg, Nueva York, Chicago y San Francisco.
Ser un "hipsterism" es en realidad un estado de la mente. A menudo se entrelazan con la sensibilidad de llevar una moda distinta a la que se usa en el presente. Así, los Hipsters rechazan las actitudes culturalmente ignorantes de los consumidores en general, y con frecuencia se pueden diferenciar del resto, al vestirse con prendas combinadas de diferentes épocas, y con modas inspiradas de tiendas de segunda mano, chalecos de raso, gorro de lana, jeans ajustados, zapatillas de deporte de la vieja escuela, y gafas de montura a veces gruesas. Tanto hombres y mujeres reflejan un sentir inconformista, con similares peinados metamorfoseados, que incluyen combinaciones de peluche sucio cortes asimétricos y explosiones lado-barridas. Estos estilos son a menudo asociados con el trabajo de los estilistas creativos en los salones urbanos, y suelen ser demasiado "atrevidos" para el consumidor corriente culturalmente protegido. El "esfuerzo fresco" urban look bohemio de un hipster se ejemplifica en Urban Outfitters y los anuncios de American Apparel que se adaptan a las características demográficas del ser ‘hipster’. A pesar de conceptos erróneos en base a sus gustos estéticos, los hipsters tienden a ser bien educados y con frecuencia tienen estudios de artes liberales, matemáticas y ciencias, pues también requieren ciertas habilidades de pensamiento creativo analíticos.
Pero volviendo la mirada hacia una o dos décadas atrás, los ‘hipster’ han sido definidos como una subcultura derivada del Brit Pop y del New Wave, con un marcado sello rupturista, lo cual denota una necesidad por denotar rasgos pasivos pero rebeldes tanto en hombres y mujeres. Actualmente, entre los 21 y 35 años, marcan su actuar valorando corrientes de pensamiento independientes. Su parada es homologable a la de algunos movimientos sociales que pugnan por ser y no ser, por eso circulan en sentido opuesto evidenciando tras su paso una contra-cultura, dando espacio incluso a la filosofía matizada con socio-política progresista. Y claro, no puede quedar fuera su apreciación del arte, el indie-rock, dejando entrever que son creativos e inteligentes para desarrollar bromas ingeniosas, o simplemente circular entre la muchedumbre sin pasar desapercibidos.
Aun cuando son minorías, las mayores concentraciones de los hipsters se encuentran viviendo en ciudades cosmopolitas de todo el orbe. Además de Santiago, Bogotá y Lima, con más frecuencia en países como Estados Unidos, se los encuentra en el Parque Wicker Williamsburg, Nueva York, Chicago y San Francisco.
Ser un "hipsterism" es en realidad un estado de la mente. A menudo se entrelazan con la sensibilidad de llevar una moda distinta a la que se usa en el presente. Así, los Hipsters rechazan las actitudes culturalmente ignorantes de los consumidores en general, y con frecuencia se pueden diferenciar del resto, al vestirse con prendas combinadas de diferentes épocas, y con modas inspiradas de tiendas de segunda mano, chalecos de raso, gorro de lana, jeans ajustados, zapatillas de deporte de la vieja escuela, y gafas de montura a veces gruesas. Tanto hombres y mujeres reflejan un sentir inconformista, con similares peinados metamorfoseados, que incluyen combinaciones de peluche sucio cortes asimétricos y explosiones lado-barridas. Estos estilos son a menudo asociados con el trabajo de los estilistas creativos en los salones urbanos, y suelen ser demasiado "atrevidos" para el consumidor corriente culturalmente protegido. El "esfuerzo fresco" urban look bohemio de un hipster se ejemplifica en Urban Outfitters y los anuncios de American Apparel que se adaptan a las características demográficas del ser ‘hipster’. A pesar de conceptos erróneos en base a sus gustos estéticos, los hipsters tienden a ser bien educados y con frecuencia tienen estudios de artes liberales, matemáticas y ciencias, pues también requieren ciertas habilidades de pensamiento creativo analíticos.
De esta forma, ocultos entre
paradojas e ironías se encuentra su silente verdad: Una persona que se
autoproclama ser ‘hipster’, evidentemente ‘no’ se define como una persona con
adopción de valores, estética o gustos específicos. Ello simplemente por el
hecho de que aquello que es ‘hipster’ hoy, puede no serlo el día de mañana,
pues hay elementos y ornamentos que pueden quedar out entre quienes son
portadores de una anti-moda. Visto de este prisma, el ‘hipster’ es una persona que busca la novedad,
que quiere ser diferente eternamente no sólo en apariencia, sino también en sus
rasgos de personalidad. Es que no son esclavos de tendencias ni de modas,
tratan de tener una personalidad neutra pero diferenciadora.
Evidentemente, nunca una
persona que sigue esta tendencia, reconocerá que es un ‘hipster’. Son sencillamente diferentes, dado que suelen no
encajar en ningún grupo socio-cultural. Son eternos nostálgicos, con extrema aversión
a impulsos centrados en la melancolía, lo que les da la fuerza para mantener un
mundo interior muy grande, colmado de sentimientos y emociones que optan por evitar
externalizar, pero que más bien sublima artísticamente a través de poesías,
pinturas, dibujos curiosos y escritos del tipo diario de vida.
Hay otros que sostienen que
el término ‘hipster’ es transversal, y que se aplica desde la década de 1930.
El ‘hipster’ moderno es un compuesto de individuos con una determinada
situación de la vida bohemia y estilo de vida. Él o ella, rechazan
"mainstream" y abraza la cultura y contribuye a la cultura independiente,
y se enorgullecen de sí mismos. La imagen de inconformista moderna se ha
proliferado a través de Internet, publicaciones como la revista Vice, y los
avistamientos en la música, la moda y el mundo del arte. La imagen del ‘hipster’
está cambiando constantemente, pero varios aspectos se ha mantenido en el
tiempo. Vive en un barrio joven y artística de una gran ciudad. Por lo general,
tienen algún grado estabilidad monetaria. Dotados de gustos "elitistas"
no sólo en lo musical, sino que escuchan
nu-rave (es decir, los Klaxons, Cut Copy, Hercules and Love Affair), el techno
minimalista, rap independiente (es decir, Spank Rock, Talib Kweli, Aesop Rock),
nerdcore (es decir, YT Cracker, MC Lars, MC Chris), Elephant 6 (es decir, de
Montreal, Neutral Milk Hotel, Apples in Stereo), garage rock y el punk rock,
además de toda clase de rock independiente. Banda favorita es Bright Eyes muy
probable, The Arcade Fire, The Arctic Monkeys, The Libertines, The Strokes, o
algo por el estilo. También mira películas independientes y extranjeras y lee
libros independientes, revistas y publicaciones periódicas.
REFLEXIONES
Muchos se han cuestionado de
forma apasionada que es el ser y sentir ‘hipsters’. Algunas corrientes de
pensamiento sostienen que se trata de personas que requieren diferenciarse,
pero, otros arremeten cuestionando la idea de ser o no todos iguales. Una
inquietud que aparenta denotar preocupación al menos por quién es más fuerte, o
bien, ser parte de una manada antes que ser completamente distinto.
Pero más allá si tiene relación
sustancias como la dopamina con la intensa búsqueda de la novedad, es válido
pensar más profusamente al respecto.
Retomando el debate que gira
sobre el concepto actual de ‘hipster’, el cual alude a individuos interesados
en seguir las últimas modas y tendencias alternativas; hay otro que postulan
todo lo contrario. Sí, porque sostienen que los ‘hipsters’ son literalmente una
sub-cultura, pero que sólo existió una vez en un tiempo y contexto
específico: años 40’ y 50’ del siglo pasado. De hecho, fueron descritos por
Jack Kerouac de forma muy detallada en su novelas “Los Subterráneos”, “En el camino”, y “Allí”. De ahí que algunos apostolados sostienen de
forma fehaciente que los hipsters eran sujetos apegados al hot-jazz y al bebop,
además de ser altamente existencialista y despreocupados de la moda imperante. Algo equivalente a la tendencia de ser y
actuar bajo la ideología ‘mainstream’, es decir, personas prácticamente auto-segregadas
de su entorno y nexo con la realidad objetual y masiva. Sin duda, un espectral
mundo, muy propio de escritores, filósofos y poetas morfinómanos abajistas que
elegían la pobreza como modo de vida.
En fin, más allá, si usted
se considera o no un ‘hipster’ postmoderno,
es dable analizar previamente que el adjetivo o la clasificación está
muy mal usada en el contexto actual. Porque entre ser o no ser ‘too mainstream’
automáticamente esa sóla dualidad puede mutar tu ser para transformarte en un
ser muy cercano al sentir ‘mainstream’.
Dicho de otro modo, es
factible teorizar que el ser ‘hipster’, más que un grupo social o tribu urbana pseudo
hippie, en realidad es una característica intrínseca del ser humano. Ahora
bien, no es extraño que otros piensen simplemente que unos pocos patentaron el
concepto como una palabra engrish para luego hacerla propia. Así, todo calza. Al parecer ser ‘hipster’, es
aquel que busca no pertenecer a una categoría social reconocible, pero como lleva
rótulo, ya es en sí misma una categoría, lo que inmediatamente hace caer en una
contradicción ideo-conceptual. De ahí viene un dejo de melancolía paradojal
frente al uso del constructo y su significante, pues se independiza y masifica la
palabra.
Y aunque no es lo mismo,
pero al menos se homologa el actuar ‘hipster’,
con el clásico fenómeno de la adolescencia… querer ser diferente pero reuniéndote
con similares y rechazando a los adultos, en especial a la familia. Ser ‘hipster’
para algunos, podría ser equivalente –aunque guardando las proporciones- a la extensión post adolescente, y
claramente, hasta bien entrada la adultez.
En el año 1848, William
Makepeace Thackeray se refirió a una actitud parecida en su libro de los ‘Snobs’.
En aquel entonces el esnobismo consistía en simular pertenecer o imitar a la
aristocracia para desdeñar todos los demás, lo que se hacía no sólo emulando
los patrones de consumo material, sino también, ciertas actividades tras
adoptar ideas políticas. Según el autor, los ‘snobs’ eran quienes apoyaban la
independencia de Irlanda, siendo ingleses. El tema es que hoy los patrones de
consumo también sirven para que cierta gente se sienta parte de una ‘aristocracia
de la civilización’, por su refinado gusto separado de la masa, al igual que
existen causas que denotan un nivel de conciencia superior, donde la
aristocracia del espíritu puede volcar sus energías. Así es posible especular teóricamente,
que tanto a mediados de 1800 como hoy, existen personas conscientes de ser
producidas, educadas y alimentadas en masa que se “rebelan” ante ello
–probablemente por una inclinación natural validada por el romanticismo–
tratando de consumir al revés en vez de pensar con lógica inversa. Si lo
pensamos bien, la idea del ‘poser’ se puede retraer hasta el snob de W. Makepeace
T., quién se refiere al tema al señalar: “…los snob se jactan desde hace años
que han comprado esto o lo otro en la venta de Dive” (Vanity Fair, 1848).
Si los ‘hipster’ existieron extemporáneamente,
o dicho de otro modo, a lo largo de
todas las épocas, lo cierto es que sean hombres o mujeres, nunca uno llegará a
ser lo suficientemente diferente para ser no imitable o reproducible en tanto
formas de actuar y desenvolverse en sociedad. La duda queda rondando al lanzar la interrogante de que si
uno tiene una forma de ser ¡debe uno clasificarse!. Juzgue usted.
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