VIOLENCIA Y ATENTADOS DELIRANTES

MATAN POR RAZONES IDEOLÓGICAS, RELIGIOSAS O LIBERTARIAS. OTROS, ASESINAN SIN PIEDAD Y SON IMPREDESIBLES. ALGUNOS ESTÁN DEMENTES, DROGADOS, BAJO EFECTOS DEL ALCOHOL, POSEÍDOS POR EL MAL, O SIMPLEMENTE, ACATAN POR ORDENES DE TERCEROS. SUS CEREBROS MARCHAN AL LIMBO CON LA MUERTE.
Texto: Erick Bellido

La contingencia sigue atrapando la atención de la prensa y consternando atónitas miradas a escala mundial, luego que el jefe de operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Alain Le Roy, junto con advertir nuevos ataques contra las fuerzas de Gbagbo en Costa de Marfil, reveló que cientos de civiles de la etnia Gueré fueron masacrados más de 100 hombres, mujeres y niños del norte de Costa de Marfil (África Occidental)en el pueblo de Duekoue por grupos favorables a Ouattara. Los hechos de sangre fueron cometidos el pasado 28 de marzo de 2011, manteniendo oculto el caso frente a la opinión pública internacional.
Es que la escalada de violencia no para. En México, la situación parece escapar a los extremos, ello frente al aumento de incidentes entre militares, policías, pandillas y narcotraficantes, tendencia que desde los primeros meses de 2011 a la fecha, registra alzas considerables de asesinatos masivos, casos que se han intensificado en la lucha contra los carteles mexicanos que se disputan arduamente el control de calles y plazas de dicho país. Especial vehemencia, se registra en los estados de Ciudad de Juárez, Tijuana, Tamaulipas y Chihuahua, contabilizándose desde los últimos cinco a la fecha, más de 35 mil muertos relacionados con tráfico de drogas, o bien, por enfrentamientos entre maras y zetas. Aquí las muertes son a diario. Sólo este fin de semana fallecieron 9 sujetos en un tiroteo al interior de un taller mecánico, y otros 6 resultaron con diversas lesiones. A ello se suman constantes bajas civiles y policiales. Pese a estar intervenidas las zonas precitadas, perece que una nación salvaje, pues los diálogos y negociaciones de manejo de crisis no prosperan. Sólo impera la Ley del disparo con vendeta.
A estos repudiables eventos, se suma el deceso de 7 personas y otras 11 en riesgo vital heridas tras un tiroteo con metralleta protagonizado por un joven ebrio de 25 años, quién tras sembrar el pánico y la muerte, inmediatamente optó por auto-inmolarse con un tiro en la cabeza. Su horrendo atentado, se registró pasado el medio día del sábado 8 de abril de 2011, en la localidad holandesa de Alphen aan den Rijn, específicamente en la entrada principal del centro comercial ‘Ridderhof’, en Holanda.
Mientras las circunstancias del ataque aún están por esclarecer, otros cruentos incidentes de similares características recientemente engrosan la lista de fallecidos en actos cruentos, como el registrado al interior de un colegio ubicado en Río de Janeiro, Brasil –ver artículo anterior a esta publicación, con el triste deceso de 12 menores, dejando a un país completo de luto.
Según una lista publicada por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), afiliada al Damascus Center for Human Rights Studies, recoge el nombre de más 150 personas fallecidas en atentados violentos ocurridos en diversas localidades del norte de Damasco, en Siria, entre el 23 de marzo y el 10 de abril de 2011.
Otro caso reciente, fue el protagonizado en la ciudad de Bengasi, Libia, por Mehdi Mohamed Ziu (49 años), quién se inmoló al hacer estallar su vehículo particular cargado con dos balones de gas y otro par de contenedores plásticos con gasolina, para posteriormente estrellar su artesanal “coche-bomba” contra el cuartel general de Gaddafi. Hay quienes califican su actuar como un grave atentado terrorista contra el régimen imperante, mientras que los insurgentes opositores a Gaddafi, lo elevan como ícono heroico, por sacrificar su vida en pro de la liberación de una nación.
Inevitablemente, estos magros eventos descritos, hacen repensar reflexivamente sobre el tipo de sociedad global en que nos encontramos insertos. Si bien las motivaciones pueden ser multicausales, hay variables a considerar más allá del crimen organizado o el fanatismo extremo. A estas variables se suman desequilibrios emocionales agudos; designios divinos; falta de oportunidades laborales; exclusión social; discriminación; fanatismo criminal; afanes revolucionarios de cambio político; extremismo ideológico; traumas por historial de victimización; entre otros factores. No obstante, es complejo explicar categorizando. Cada caso en particular debe ser analizado de forma independiente considerando el contexto, cultura, costumbres, economía y escenario socio-político.

NO DESATENDER LA MENTE
Es posible que se comploten los estados compulsivos, obsesivos y de intensa perturbación mental endógena y exógena para resolver quitar la vida a otros mortales. Si, porque los males de la cabeza podrían incidir en el instinto asesino. Pero, cuidado con prejuzgar a los esquizofrénicos o personas con psicopatías con tanta liviandad. En los últimos 15 años, la ciencia ha logrado con medicamentos de última generación disminuir las alucinaciones y delirios, además de aminorar los daños colaterales, haciendo real la incorporación de estas personas a la sociedad e incluso, participar en el mundo laboral, dejando en el olvido el trato de este tipo de personas como poseídas por seres demoníacos o afectados por magia negra.
Sin embargo, debido a los episodios de alucinaciones no tratados, la peligrosidad del esquizofrénico y del psicopático hay que evaluarla caso a caso. Es raro que ataquen con plan deliberado a la sociedad, pero es una posibilidad latente. Pueden ser altamente violentos en sus episodios de delirio, registrando una mayor tasa de accidentes con trágicos resultados en contra terceros, o bien, resolviendo dramas mediante el suicidio.
Procesos de autopsias psicológicas en psicópatas seriales han dejado al descubierto que en muchos casos del mundo de la criminología, detrás de las mentes maquinadoras de eventos de sangre, hay diagnóstico de cuadros esquizoides no tratados.

PENSAR:La génesis de los hechos violentos que el mundo vive a diario está a la vuelta de cada suceso. No sabemos que nuevo evento ocurrirá, sólo hay que estar alertas a no descuidar la fragilidad de la vida...