Impulsar
el turismo desde una perspectiva centrada en incrementar la seguridad en la
oferta turística, es un instrumento de gestión empresarial y de desarrollo, que
aumenta la competitividad de destinos. Clave es promover acciones de capacitación
y prevención sobre la seguridad humana para generar conciencia a los prestadores de
servicios y las comunidades receptoras que la seguridad es responsabilidad de
todos.
Texto: Erick Bellido
El mundo avanza en su
evolución del pensamiento y en la forma de tomar conciencia lúcida con respecto
a los entornos y escenarios emergentes, pero especialmente, instala su mirada crítica
respecto de prácticas intolerables como el tráfico humano, el uso de correos
humanos para transporte de drogas, la explotación sexual y el trabajo peligroso
que involucra a niños, niñas y adolescentes, el tráfico de animales, el
sicariato, la corrupción, los atentados terroristas y las redes transnacionales
de mafias dedicadas a todo tipo de ilegalidades.
Si todos los problemas
descritos se evidencian en los medios de comunicación, nacionales e
internacionales, claramente, surgen consecuencias directas e indirectas para la
estabilidad de una nación, que termina
mermando no sólo la imagen país, sino derrumbando las confianzas de los
inversionistas, socavando incertidumbres en
quienes residen en dicho territorio, e impactando en quienes piensan o
proyectan visitar dicho destino en contexto de negocios, estudios o turismo de
ocio.
Todos estos temas han sido
ampliamente debatidos en las altas esferas empresariales, académicas y
políticas, concluyendo lo evidente. La inseguridad social no es negocio para
nadie, pues las economías se contraen o estancan, impactando de forma negativa
y transversal a todos los sectores, precarizando la capacidad de atraer turismo
con una oferta robusta.
La
Organización Mundial del Turismo definió la seguridad turística como la
protección de la vida, de la salud, de la integridad física, psicológica y
económica de los visitantes, prestadores de servicios y miembros de las
comunidades receptoras.
ÉTICA
ACCESIBLE PARA TODOS
En el contexto de la decimoquinta
reunión del Comité Mundial de Ética del Turismo, celebrada el año pasado en
Rovinj, Croacia, se abordaron estas materias, y sobre como se puede generar
desde este sector aportes a las sociedades desde una perspectiva centrada en la
seguridad humana, y detectaron que se puede contribuir partiendo con la transformación del Código Ético Mundial
para el Turismo, y evolucionar hacia el desarrollo de un convenio internacional
que instaure las bases que permitan
potenciar la responsabilidad de los gobiernos en este ámbito y acrecentar la
repercusión de las disposiciones sugeridas en el Código.
Además, el Comité analizó en
qué grado los sectores público y privado están aplicando conductas que
propendan al trato ético frente a situaciones de vulnerabilidad, y en qué
medida se ha avanzado en sus áreas prioritarias, como por ejemplo: la lucha
contra la explotación infantil, la accesibilidad para que el personal vinculado
a la oferta turística haga denuncias por malas prácticas, las vacaciones con
todo incluido desde un prisma responsable y su impacto en las comunidades
locales, y las clasificaciones sin fundamento en los portales web.
A fin de impulsar el
desarrollo de un turismo ético y responsable, toma importancia monitorear la
aplicación de los principios del Código Ético por parte de los Estados Miembros
de la Organización Mundial del Trabajo (OMT) y del sector privado, siendo de
gran ayuda este tipo de iniciativas para elevar las confianzas en los
potenciales demandantes de la oferta de bienes y servicios ligados al rubro del
turismo.
Si bien, el Comité Mundial
de Ética del Turismo ha realizado una labor inestimable en cuanto a
sensibilización y promoción de políticas y prácticas responsables en el sector
turístico durante más de diez años, es necesario continuar impulsando nuevas
estrategias que permitan incrementar la imagen prosocial vinculadas a temas de
seguridad y paz social, ya que el turismo tiene un extraordinario potencial
como fuerza al servicio del interés general, pero requiere actuaciones
concretas de todas las partes para movilizar el desarrollo e impulso de las
economías.
Carol Bellamy, Presidenta de
la Red Mundial del Turismo para la Protección de los Niños, y ex-Directora del
UNICEF, en la esfera de los derechos de los niños, sostiene que es primordial reforzar la protección integral
de los niños, niñas y adolescentes en el
ámbito del turismo, siempre avanzando de la mano con la transformación del
Código Ético en un convenio a fin de ayudar a que se cumplan los principios
para su protección frente a peligros o vulnerabilidades en todo el mundo, pues
además se alinean las miradas con los principios de las Naciones Unidas, OIT y
los cerca 160 países que han ratificado la Convención Internacional de los
Derechos del Niño.
El Comité aprobó un conjunto
de recomendaciones específicas sobre información turística accesible,
presentado en Medellín, Colombia, en el marco de la vigésima primera reunión de
la Asamblea General de la OMT, en septiembre de 2015 para su adopción. En dicha
oportunidad, se observó el gran interés de los Gobiernos y de las
administraciones nacionales de turismo por el Código y el creciente número de
empresas y asociaciones que se han adherido al compromiso del sector privado
con instaurar las nuevas directrices en pro de promover y supervisar la
aplicación del Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT, junto con un
sinnúmero de principios concebidos para orientar el desarrollo turístico de una
forma que maximice los beneficios socioeconómicos del sector, a la vez que se
minimizan los efectos adversos, expuestos al principio de este artículo.
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