Deudas, tareas y avances de un Chile que se sumerge en múltiples reflexiones y debates sociales, académicos, políticos y en medios de prensa, entorno al fenómeno migratorio confrontado desde el prisma de los Derechos Humanos.
Texto: Bellido Press
Basta con revisar con cierta frecuencia la prensa, para darse cuenta que es tema prioritario la creciente presión de las personas que miran a Chile como un destino para emigrar. Ya sea por motivos laborales, oportunidad de vida, reencuentros familiares, turismo, proyectos de investigación, compras de temporada, congresos o eventos artísticos, las lineas aéreas y buses comienzas a vender cada vez más pasajes con destino a las ciudades de Arica, Iquique, Antofagasta, Calama, Santiago y Concepción. Son los destinos más requeridos al menos para tocar suelo al final de América del Sur y con vista al mar del Pacífico.
Todos los meses aparecen a lo largo de Chile, nuevos estudios estadísticos, publicaciones o ensayos, columnas de opinión o reportajes, entrevistas y testimoniales para radio, TV, medios digitales e impresos, sin contar la innumerable cartelera de eventos con encuentros, talleres, foros y seminarios internacionales, ¡uf! todos centrados en debatir que ocurre con las dinámicas y políticas migratorias dentro de la hoy, muy visitada, faja larga y angosta de territorio llamado Chile.
Entre tanta reflexión, emergen teóricos internacionales, académicos, políticos, voceros de grupos migrantes, sacerdotes, representantes de ONG y personajes que se auto-proclaman como expertos, todos unidos en una suerte de cofradía para tejer y desatar nudos frente a una materia que se instaló en la agenda pública: los desafíos, problemas y oportunidades que trae aparejada la migración.
El tema es motivo de discurso de los candidatos a la presidencia de Chile, y es preocupación actual de los congresistas, no por nada, esta semana emerge la
interpelación al Ministro del Interior, Mario Fernández, que aprobó la Cámara
de Diputados por el retraso que ha tenido el proyecto de ley sobre migraciones.
CAMBIA, TODO CAMBIA
Pero, nada de esto es gratuito, ni menos pasa desapercibido para los ojos y oídos de las comunidades migrantes que residen en Chile. Se hacen notar, no sólo por efecto de la exposición mediática. Sus comidas conquistan el paladar de los connacionales; su música inyectó ritmo al día y noche de ciudades que antiguamente se apagaban más temprano; su color de piel y vestimentas ampliaron la variedad cromática de un país usualmente desteñido por culpa de los acromatismos, los acentos en las calles, mall y locomoción colectiva hacen sentir al chilenito promedio que vive en una nación más cosmopolita; las manifestaciones callejeras y sus marchas reivindicatorias llenan de carteles, panfletos y cánticos las ciudades pidiendo oportunidades para el amigo forastero, dejando la xenofobia y racismo a un lado, pues hay quienes se olviden que son personas sujetos de derechos y libertades, sin ser atropellados a su dignidad humana según reza la Convención Internacional de Derechos Humanos, además de diversos convenios y tratados ratificada por Chile.
REFLEXIONES DE EXPERTOS
Por todo lo expuesto, no es de extrañar que la Defensoría Penal Pública se preocupe y ocupe del tema, convocando el pasado 08 de agosto, a distintos especialistas para confrontar miradas analíticas sobre materias de Justicia & Migración, justamente desde la óptica de los Derechos Humanos, ello con la clara intensión de buscar fórmulas para continuar progresando en la maduración de una
legislación acorde a los estándares internacionales y los nuevos tiempos.
En la ocasión, precisamente fue el Defensor Nacional Andrés Mahnke, quién sostuvo la existencia de dos escenarios en los que los
derechos de los migrantes se pueden ver amagados "en el régimen
administrativo de ingreso y registro de los extranjeros y, por otra, la
igualdad frente al acceso a la justicia".
Sobre el primero,
que refiere al estatuto migratorio, reconoció que Chile se encuentra en deuda y
que debe generar un mecanismo de regulación que se ajuste a los convenios
internacionales que se comprometió a respetar.
“Resulta
fundamental contar con un estatuto de migración inspirado en un enfoque de Derechos
Humanos y no en la óptica de la seguridad interna, la cual genera una mirada
sospechosa y vigilante sobre el extranjero. El régimen migratorio debe separar
claramente el ámbito administrativo del criminal y no penalizar infracciones
que corresponden a asuntos de la administración”, sostuvo.
Mientras que
Felipe González, relator especial sobre Derechos de Migrantes de las Naciones
Unidas, comentó que para generar una política migratoria acorde es importante
contar con una institucionalidad moderna que aborde sistemáticamente este tema,
lo que en caso chilenos aún no se concreta.
Además, señaló
que es importante tener una aproximación global sobre la materia y preguntarse
también cómo son tratados por otros países los chilenos que emigran,
considerando que hay más de 900 mil que residen en otras partes del mundo.
“Este es un
fenómeno que se da a nivel internacional, no es que todo el sur esté
desembocando en Chile. Se debe dar prioridad al enfoque de derecho y no solo en
términos retóricos, reconocer la necesidad de una institucionalidad y promover
el acceso a la justicia para que los derechos no queden en el papel”, afirmó.
Gabriela Cabello,
jefa subrogante del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del
Interior, valoró algunos avances en políticas migratorias como, por ejemplo: la
visa por motivos laborales, la visa por unión civil, el sello migrante y el
programa “La escuela somos todos”, que permite que los niños que no están en
una situación regular puedan acceder a una visa de estudiantes y residencia
legal en Chile.
Para el relator
sobre los Derechos de los Migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Luis Vargas es fundamental que dentro de las políticas públicas se
abandone la expresión “inmigrantes ilegales”.
“Nunca se debe
utilizar para efectos de empezar a reconocer la dignidad de los seres humanos
que tienen necesidad migrar. Esta movilidad existe desde tiempos inmemoriales,
hoy lo hacen en busca de una mejor vida o bien porque se han visto forzados a
hacerlo”, indicó.
Eduardo Vio, juez
chileno de la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue enfático al señalar
que el tema migrante no es un asunto de competencia exclusiva de los Estados,
ya que éstos deben regirse por instrumentos internacionales.
CIFRAS
Hasta el primer semestre del año 2017, el 75 por ciento de los extranjeros que viven en Chile son de origen
latinoamericano, siendo Perú, Argentina y Bolivia los países que más residentes
estables contemplan. En cuanto a las residencias temporales, entre 2015 y 2016,
han aumentado las solicitudes de personas provenientes de Colombia, Haití y
Venezuela.
Del mismo modo,
durante los últimos años se han triplicado las visas de trabajo, concentrándose
principalmente en población masculina que reside en Santiago y las regiones del
norte del país.
EXTRANJEROS EN LAS AFP
Los extranjeros afiliados a las Administradoras de Fondos de
Pensiones (AFP) alcanzaron el 3,07% del total nacional, casi triplicando la
cifra que se registró en 2014 por la Superintendencia de Pensiones.
Los ciudadanos peruanos son los que lideran la lista alcanzando el
19,4% de un total de 315.237 extranjeros afiliados, presentando un mayor
crecimiento los haitianos, que llegan a 16.371 ahorrantes (5,2%), luego de que
en 2014 sólo alcanzaban las 202 personas. Les siguen los afiliados de
nacionalidad peruana y colombiana (8,1%), luego los venezolanos (6,3%) y,
finalmente, los bolivianos (5,7%).
Desde la Asociación de AFP, sostienen que el sistema previsional
chileno no discrimina nacionalidades, y resulta relevante que el sistema de
pensiones y el mercado laboral incorporen a los trabajadores inmigrantes en las
mismas condiciones que lo hace con los chilenos, de tal forma que estos
trabajadores queden cubiertos para pensión, para accidentes laborales, que
tengan coberturas de salud, en licencias médicas y seguro de cesantía.
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