LA CAPITAL DE CHILE GUARDA SECRETOS ENCRIPTADOS EN CASONAS, CENTROS DE EDUCACIÓN Y EDIFICIOS PATRIMONIALES. ACOMPAÑADO DE UN EXPERTO EN SEMIOLOGÍA Y LITERATURA OCULTISTA, SALIMOS A LA CALLE PARA DESCIFRAR EL SIGNIFICADO ANCLADO AL SABER MASÓNICO, HERMÉTICO Y ALQUÍMICO.
Texto y fotos: Erick Bellido
Amante de la literatura asociada al
paganismo, filosofía y terror, Sergio Fritz, se autodefine como ‘cultor de la
narrativa esotérica’, poesía y ensayos, materias que oscilan entre la antítesis
del bien y el mal, e iconografías vinculadas a dogmas, ritos, fe, historia y
arte. El escritor hace un alto en su agenda, y nos invita a hacer un recorrido
por callejero para redescubrir curiosos signos y símbolos esculpidos sobre
dinteles, puertas, pilares, ventanas y muros de algunas casonas de comienzos
del siglo pasado y que dejan al desnudo algunas claves del Santiago oculto.
CASONA DEL ARTE HERMÉTICO
El recorrido arranca en la esquina de
las calles Curicó con Santa Rosa, donde se construye a fines de la Colonia una
casona, que tras distintos dueños, pasa a manos de Pedro Prado Calvo -Premio
Nacional de Literatura en 1949-. El junto a un grupo de artistas, pintores,
escritores y arquitectos, en 1923 crean la ‘Casa de los Diez’, una agrupación
cultural, constituida entre otros por Augusto D’Halmar, Armando Donoso, Juan
Francisco González, Ortiz de Zarate y Alberto Ried, y cuya construcción fue
modificada de ecléctica. Este recinto, si bien, es Monumento Histórico desde
1997, hoy ve deteriorada su estructura producto de labores de excavaciones para
la construcción de un nuevo proyecto inmobiliario, poniendo en riesgo sus
muros, pilares, cornisas, capiteles, donde se aprecian tallados con diversas
iconografías y símbolos de valioso contenido.
Esta casona posee algunos elementos
que representan carneros, abejas, deidades, soles, arqueros griegos, un escudo
con un jabalí en su centro, tortugas y salamandras, entre otros. Pero Fritz
advierte que cada elemento tiene un sentido, propósito y fin, lo que revela que
estamos en presencia de un espacio cargado de códices encriptados. “Este lugar
es una verdadera morada filosofal, porque tiene gravados de tipo alquímico y
herméticos, como el símbolo ‘X’ dentro de un círculo, que simboliza el número
diez, asociado a la perfección y protección, pero además se aprecian elementos
sacados de la mitología griega, como el dios Cronos con su reloj de arena en la
mano”.
La casona presenta tan amplia y
compleja gama de elementos que representa un verdadero acertijo “En la entrada
se ven dos columnas presentes en la cábala, un guiño a Jaquín (al lado sur) y
Boaz (al lado norte) del Templo de Salomón, y que aluden a la dualidad para
lograr el equilibrio y que según se desprende de textos bíblicos aluden a una
fortaleza para sortear el nacimiento de nuevo orden mundial. Además, se ve
esculpida en la piedra una ‘salamandra’, animal que desde la mitología
representa la capacidad de alimentarse del fuego y vivir en él. También destaca
la presencia de una ‘abeja’ que representa el elixir y la verdad” explica
Fritz. Pero lo que más llama la atención del escritor, es el doble portón del
acceso principal. “Por fuera una añosa reja de fierro forjado con la ‘X’ del
grupo de los diez; y hacia al interior, un portón de madera plagado de
enigmáticos tallados, pero que en su centro emerge la imagen de una cabeza de
cabra cornuda rodeada del símbolo del infinito, que alude al dios de los brujos
y al ciclo eterno”.
Demonio mutilado
Otra riqueza simbólica que se
encuentra ubicada en la calle Dieciocho esquinas con Alonso Ovalle, a pasos de
la Alameda, justo en un edificio ocupado por el Instituto DUC-UC. Allí se puede
apreciar una especie de demonio mutilado sosteniendo con su lomo la estructura
del inmueble. “Es una representación demoniaca muy
estremecedora”, explica Sergio Fritz “es poco habitual verlo esculpido y
sin sus extremidades”. En Santiago hay mucha arquitectura donde se puede
observar fachadas de casas y edificios que tienen figuras abominables como
elemento decorativo, siendo usadas muchas veces para espantar el mal –idea que
viene del tiempo de los griegos y romanos siendo adoptada por los
arquitectos- como la casona de Av.
Vicuña Mackenna con calle Viña del Mar, y que ocupa el Consejo de Monumentos
Nacionales, la que presenta impresionantes gárgolas de estilo neogótico, o el
edificio de la Vicaría para la Educación ubicado en Erasmo Escala N°51, donde
se ven demonios alados, dragones de la mitología hindú y salamandras.
Edificaciones que observan
A pocos pasos del metro Los Héroes,
justo cruzando la Alameda hacia el norte y en dirección al poniente, emerge en
la calle Cienfuegos 41 una casona neogótica construida en 1926 por Ismael
Edwars Matte y Federico Bieregel, otrora sede del club Colo-Colo, y que
actualmente oficia de sede de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto
Hurtado. Para los ojos del escritor este lugar alberga elementos extraídos de
distintas culturas y guarda simbolismo masones, herméticos y alquímicos “tiene
motivos celtas, griegos, románicos, árabes, chinos, moros y mesoamericanos. No
es una simple morada, está llena de mensajes y hace alusión a espíritus
tutelares. Monos, dragones, serpientes, artesanos y otros seres esculpidos aquí
parecen vigilar y observar a la vez eternamente”.
La mirada de Sergio Fritz a la ciudad
es aguda porque la percibe como un espacio vivo al decretar que “Santiago está
repleto de símbolos secretos aún por desentrañar. Es una suerte de ser donde
habitan otros seres”.
En la casona de calle Cienfuegos 41, se pueden apreciar ventanales en cuyo centro emerge un huevo protegido por dos serpientes y rodeado de cabezas de gárgolas, con un texto en inglés que traducido significa “Yo observo”. Y en otro ventanal se aprecia un triángulo atravesado por un Cruz Tau, ambos invertidos, pero que aluden al agua y el fuego.
La casa de los
diez, es el equivalente a lo que el alquimista Fulcanelli llamaba "Morada
Filosofal". Todo su arte grabado en la fachada contiene simbología
depositaria de sabiduría hermética, destacando la ‘X’ que representa a los
diez, símbolo de la precisión y perfección; del todo y la nada. En la imagen se aprecia el portón de madera con la presencia del carnero y el símbolo del infinito, ubicado en la calle Curicó esquina con San Antonio. (Ver imagen de la portada)
Además del símbolo "X", se observan dos arqueros que pueden ser homologables a 'Sagitario' -signo de fuego regido por Júpiter de apetito insaciable por aprender' y los cuales apuntan hacia dos soles. Así se refuerza la alusión al elemento alquímico del "fuego".
En la calle
Dieciocho con Alonso Ovalle, se puede encontrar la imagen del demonio mutilado,
edificio que sirve de sede del DUOC-UC.
En plena comuna de Providencia, emergen antiguas edificaciones que presentan detalles escalofriantes, como los que se pueden apreciar en la calle Arzobispo Larraín 380, a pasos de Avenida Bilbao. En el antiguo Egipto, se usaba la imagen de una cara con la lengua visible para alejar a los espíritus dañinos. La capacidad de mutar -humanimal- se le atribuía a brujas y chamanes porque les daba la facultad de cruzar del mundo humano al espiritual. En la logia de la masonería ubicada en calle Marcoleta 659, se pueden apreciar óleos que tienen referencias a la perfección y el paso del tiempo -representado en el reloj de arena-; la brevedad de la vida y la inevitabilidad de la muerte, estos dos últimos elementos reflejados en la vela consumida y el cráneo.
La imagen y el símbolo se encuentran presente en el arte, y en el caso de las vanitas, sirven como recordatorio de que el poder, los placeres e incluso la belleza de la vida terrena son efímeros, y que a pesar de todo lo que hagamos, todo pasa.
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