Ad portas al cierre del año 2016, representantes del
mundo empresarial de 18 países se dieron cita en Ciudad de México para unificar acciones orientadas a poner fin al
trabajo infantil. Un problema que afecta a 13 millones de niños, niñas y
adolescentes en todo el continente Americano. Texto: erick@bellido.cl
"Un desafío compartido: América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil en 2025" fue el nombre del encuentro que logró congregar a 40 representantes del mundo
empresarial y entidades de gobierno procedentes de 18 países de América del Norte, Centro y Sur, y que durante la primera quincena de diciembre sesionaron en pleno corazón de la Ciudad de México. La misión, unificar puntos de acuerdo por
un mundo libre de trabajo infantil.
En la oportunidad se delineó la ruta de trabajo conjunto a través de alianzas multiagenciales e intersector, denotando avances en la gestión de la Iniciativa Regional de América Latina y el Caribe Libre de Trabajo Infantil, liderada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Agencia Brasilera de Cooperación ABC, y Un Global Compact.
En la oportunidad se delineó la ruta de trabajo conjunto a través de alianzas multiagenciales e intersector, denotando avances en la gestión de la Iniciativa Regional de América Latina y el Caribe Libre de Trabajo Infantil, liderada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Agencia Brasilera de Cooperación ABC, y Un Global Compact.
En el marco del encuentro, los
puntos focales de Argentina, Bolivia, Chile, Brasil, Costa Rica, Colombia, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Nicaragua, Uruguay y Venezuela, además de representantes
de Estados Unidos, España y Suiza, compartieron sus experiencias exitosas de
buenas prácticas alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible impulsados
desde Naciones Unidas y la ODS, los cuales proporcionan una oportunidad para
replantear los enfoques para la creación sostenible de valor.
El papel del sector privado en la Agenda 2030 fue tema medular del encuentro, razón por la cual, se establecieron mecanismos de articulación más fluidos que van en directo beneficio de la reflexión y la búsqueda de alianzas desde un quehacer ético centrado en la activación de liderazgos múltiples que sirvan como catalizadores de cambio, siempre apelando a la racionalidad empresarial bajo un modelo de negocio que gire entorno a la sostenibilidad de objetivos claros, con metas definidas e indicadores claros que permitan escalabilidad.
Foco en el desarrollo sostenible Javier Cortés, Representante de Un Global Compact para las Redes Locales de América Latina, Caribe y Norteamérica sostuvo que "las empresas buscan eliminar impactos negativos, por ello identifican impactos negativos para neutralizarlos con la maximización de los impactos positivos, especialmente cuando se habla de atenuar o erradicar el trabajo infantil. Siguen la lógica de siempre brindar un mejor servicio y calidad, pero también reforzar su vínculo con la sociedad, por ello buscan nuevos espacios para crear mayor colaboración, alineados con principios que otorgan más oportunidades de desarrollo y acceso a una mejor educación para fortalecer diálogos y políticas colaborativas en favor de construir desafíos globales, pero desde un compromiso local".
Lo expuesto apunta a ir destrabando nudos críticos entorno a desigualdades y alinear modelos de negocios para apoyar agendas de desarrollo pro infancia, creando valor en efecto cascada que da sentido de pertenencia a cúpulas directivas, actores del sector empresarial, funcionarios públicos y comités mixtos, que se movilizan gestionando planes y acciones que trascienden.
Por otra parte, las empresas se han dado cuenta que destinar recursos en favor del desarrollo de niños y adolescentes no siempre puede garantizar el goce de derechos, puesto que se deben adaptar objetivos y metas a su contexto y donde cada país, tras homologar otras experiencias internacionales, deben aplicar de manera integrada e interrelacionada con los objetivos para alcanzar crecimiento económico, inclusión social y protección anclada a las bases del desarrollo sostenible considerando las siguientes variables: sociales, viabilidad técnica, acciones prosociales equitativas, contexto sociocultural y modelos económicos. Todo lo expuesto se conjuga para asumir el desafío de erradicar malas prácticas, hacer frente a la pobreza, luchar contra las desigualdades, y
promover el crecimiento con trabajo decente, permitiendo alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, inclusivo y sostenido que propone la ODS 8 para alcanzar la meta 8.7 que da lineamientos para adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, eliminar las peores formas de trabajo infantil y poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí al año 2025, para lo cual se requiere más educación, más estrategias de prevención y acciones comunicacionales que ayuden a generar conciencias.
Noor Denkers de la OIT y Amelia Espejo de la OEI coinciden al plantear la necesidad de que el mundo empresarial puede ayudar en el fortalecimiento de las políticas de protección social para ir progresando en la disminución del trabajo infantil a partir del análisis de correlaciones temáticas sobre la base de la evidencia empírica que genera incidencia directa en la generación de cambios estructurales, y que se puede reflejar en el bienestar de las sociedades al cruzar componentes éticos, valóricos y principios que permiten desbloquear problemáticas para estimular la cooperación y establecer capacidades para movilizar recursos aprendiendo unos de otros, combinando el modelo de trabajo de relaciones con los modelos de trabajo en red. Así, para acelerar la reducción del trabajo infantil, se debe actuar sobre diversos ejes:
1.Fortalecimiento de capacidades individuales de líderes naturales, capacidades institucionales y marcos normativos no sólo en el ámbito público, sino también al interior de las propias empresas que adhieren al compromiso de activar buenas prácticas como principios rectores.
2.Establecer modelos efectivos y sostenibles de atención de problemáticas vinculadas al trabajo infantil (trazabilidad de los productos), lo que brinda atención directa para mejorar capacidades institucionales a partir de los resultados, siendo clave considerar el levantamiento de indicadores.
3.Impulsar labores de sensibilización para la movilidad social, esto mediante la participación y compromiso de las organizaciones de empleadores o redes de empresas que permitan evaluar y documentar los efectos e impactos de cada buena práctica ejecutoriada.
4.Generar políticas y programas sectoriales para erradicar el trabajo infantil mediante el combate a la pobreza, mejorar acceso a la educación y permanencia de los escolares en los colegios ajustando su currículo a los requerimientos del mercado laboral actual, estableciendo planes de mejora de la salud y protección de la niñez y adolescencia, ya que tienen alta relevancia para aportar en la reducción del trabajo infantil.
5. Activar innovaciones para hacer prevención focalizada en la eliminación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido incluyendo el tema en planes de desarrollo de las empresas y en planes nacionales de desarrollo gestionados por los gobiernos, articulando las intervenciones a objetivos de corto, mediano y largo plazo.
El papel del sector privado en la Agenda 2030 fue tema medular del encuentro, razón por la cual, se establecieron mecanismos de articulación más fluidos que van en directo beneficio de la reflexión y la búsqueda de alianzas desde un quehacer ético centrado en la activación de liderazgos múltiples que sirvan como catalizadores de cambio, siempre apelando a la racionalidad empresarial bajo un modelo de negocio que gire entorno a la sostenibilidad de objetivos claros, con metas definidas e indicadores claros que permitan escalabilidad.
Foco en el desarrollo sostenible Javier Cortés, Representante de Un Global Compact para las Redes Locales de América Latina, Caribe y Norteamérica sostuvo que "las empresas buscan eliminar impactos negativos, por ello identifican impactos negativos para neutralizarlos con la maximización de los impactos positivos, especialmente cuando se habla de atenuar o erradicar el trabajo infantil. Siguen la lógica de siempre brindar un mejor servicio y calidad, pero también reforzar su vínculo con la sociedad, por ello buscan nuevos espacios para crear mayor colaboración, alineados con principios que otorgan más oportunidades de desarrollo y acceso a una mejor educación para fortalecer diálogos y políticas colaborativas en favor de construir desafíos globales, pero desde un compromiso local".
Lo expuesto apunta a ir destrabando nudos críticos entorno a desigualdades y alinear modelos de negocios para apoyar agendas de desarrollo pro infancia, creando valor en efecto cascada que da sentido de pertenencia a cúpulas directivas, actores del sector empresarial, funcionarios públicos y comités mixtos, que se movilizan gestionando planes y acciones que trascienden.
Por otra parte, las empresas se han dado cuenta que destinar recursos en favor del desarrollo de niños y adolescentes no siempre puede garantizar el goce de derechos, puesto que se deben adaptar objetivos y metas a su contexto y donde cada país, tras homologar otras experiencias internacionales, deben aplicar de manera integrada e interrelacionada con los objetivos para alcanzar crecimiento económico, inclusión social y protección anclada a las bases del desarrollo sostenible considerando las siguientes variables: sociales, viabilidad técnica, acciones prosociales equitativas, contexto sociocultural y modelos económicos. Todo lo expuesto se conjuga para asumir el desafío de erradicar malas prácticas, hacer frente a la pobreza, luchar contra las desigualdades, y
promover el crecimiento con trabajo decente, permitiendo alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, inclusivo y sostenido que propone la ODS 8 para alcanzar la meta 8.7 que da lineamientos para adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, eliminar las peores formas de trabajo infantil y poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí al año 2025, para lo cual se requiere más educación, más estrategias de prevención y acciones comunicacionales que ayuden a generar conciencias.
Noor Denkers de la OIT y Amelia Espejo de la OEI coinciden al plantear la necesidad de que el mundo empresarial puede ayudar en el fortalecimiento de las políticas de protección social para ir progresando en la disminución del trabajo infantil a partir del análisis de correlaciones temáticas sobre la base de la evidencia empírica que genera incidencia directa en la generación de cambios estructurales, y que se puede reflejar en el bienestar de las sociedades al cruzar componentes éticos, valóricos y principios que permiten desbloquear problemáticas para estimular la cooperación y establecer capacidades para movilizar recursos aprendiendo unos de otros, combinando el modelo de trabajo de relaciones con los modelos de trabajo en red. Así, para acelerar la reducción del trabajo infantil, se debe actuar sobre diversos ejes:
1.Fortalecimiento de capacidades individuales de líderes naturales, capacidades institucionales y marcos normativos no sólo en el ámbito público, sino también al interior de las propias empresas que adhieren al compromiso de activar buenas prácticas como principios rectores.
2.Establecer modelos efectivos y sostenibles de atención de problemáticas vinculadas al trabajo infantil (trazabilidad de los productos), lo que brinda atención directa para mejorar capacidades institucionales a partir de los resultados, siendo clave considerar el levantamiento de indicadores.
3.Impulsar labores de sensibilización para la movilidad social, esto mediante la participación y compromiso de las organizaciones de empleadores o redes de empresas que permitan evaluar y documentar los efectos e impactos de cada buena práctica ejecutoriada.
4.Generar políticas y programas sectoriales para erradicar el trabajo infantil mediante el combate a la pobreza, mejorar acceso a la educación y permanencia de los escolares en los colegios ajustando su currículo a los requerimientos del mercado laboral actual, estableciendo planes de mejora de la salud y protección de la niñez y adolescencia, ya que tienen alta relevancia para aportar en la reducción del trabajo infantil.
5. Activar innovaciones para hacer prevención focalizada en la eliminación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido incluyendo el tema en planes de desarrollo de las empresas y en planes nacionales de desarrollo gestionados por los gobiernos, articulando las intervenciones a objetivos de corto, mediano y largo plazo.
Convergencia
y redes colaborativas
Dentro de los ejes abordados,
surgió la necesidad de estrechar lazos de cooperación entre las entidades que
ya tienen articuladas sus redes de empresas, tomando especial valor, la
necesidad de activar canales fluidos para transferir la gestión del
conocimiento.
Para hacer sustentable y
sostenible las políticas en favor de la protección de la infancia, se planteó
en las reuniones plenarias que más allá de la necesidad de poner fin al trabajo
infantil el año 2025 como una meta regional, es prioritario que estos desafíos
se hagan extensible a escala mundial, tomando en consideración que la
Iniciativa Regional se ha convertido en la plataforma de cooperación propicia
para articular y coordinar los esfuerzos regionales, a nivel intersectorial,
intergubernamental e interinstitucional,
en torno al logro de la meta 8.7 de la Agenda 2030.
Se entiende que las empresas que aún no actúan dentro de las redes colaborativas, es porque no tienen claro aún que destinar recursos en favor de la generación de modelos, planes y programas orientados a proteger a niños, niñas y adolescentes es una inversión que reditúa grandes beneficios, especialmente, cuando se invierte para erradicar el trabajo infantil. La visión económica no es de gasto, siempre es de inversión en calidad de vida y
acceso a la educación, que como resultado trae aparejado el aumento en los ingresos futuros de una población que ha podido acceder a una escolarización completa. O bien, entender que cuando hay mejor salud, la vida productiva es más larga por mayores ingresos sostenidos. Sin duda todos son beneficios sociales derivados también de beneficios psicológicos, emocionales y de una mayor paz social.
Tareas y desafíos
En síntesis, en las rondas de conversación divididas por grupos de países, todos llegan a las mismas premisas: "una empresa que no trasciende invirtiendo en los niños, niñas y jóvenes de una nación, no evoluciona", "invertir en infancia garantiza el goce de derechos", "es necesario en ocasiones separar el rol del Estado y el rol de las empresas, y en algunas instancias mancomunar esfuerzos bajo objetivos comunes","visualizar el drama que se esconde detrás del trabajo infantil es obligación ética y moral de las empresas en sectores formales e informales, ya que afecta a la imagen país e indicadores económicos", "es necesario fortalecer los modelos de política pública para generar empleo decente"; "falta amplificar el diálogo social y el debate constructivo dentro de los colegios, empresas y en los medios de comunicación", "se requiere más colaboración, convergencia y enfoques multiactor alineados con la agenda de la ODS", "reforzar las alianzas asistidos por actores capaces de disuadir a otros actores para sumarse a una trasformación social que abre futuro a quienes hoy no lo tienen", "modelar las comunicaciones internas y externas para estregar la intelección generando confianzas en la sociedad tras cada buena práctica lograda", "hay que despejar las cifras reales de inversión desde el ámbito de la responsabilidad social y sustentabilidad de cada una de las empresas que ya están comprometidas con proteger la infancia y aplacar la problemática del trabajo infantil en todas sus formas", y por último "es necesario que las empresas se vinculen con los actores sociales que generan oportunidades de cambio, además de integrar al mundo académico en la generación de estudios de vanguardia que den nuevas luces a la hora de generar nuevos modelos interventivos".
Se entiende que las empresas que aún no actúan dentro de las redes colaborativas, es porque no tienen claro aún que destinar recursos en favor de la generación de modelos, planes y programas orientados a proteger a niños, niñas y adolescentes es una inversión que reditúa grandes beneficios, especialmente, cuando se invierte para erradicar el trabajo infantil. La visión económica no es de gasto, siempre es de inversión en calidad de vida y
acceso a la educación, que como resultado trae aparejado el aumento en los ingresos futuros de una población que ha podido acceder a una escolarización completa. O bien, entender que cuando hay mejor salud, la vida productiva es más larga por mayores ingresos sostenidos. Sin duda todos son beneficios sociales derivados también de beneficios psicológicos, emocionales y de una mayor paz social.
Tareas y desafíos
En síntesis, en las rondas de conversación divididas por grupos de países, todos llegan a las mismas premisas: "una empresa que no trasciende invirtiendo en los niños, niñas y jóvenes de una nación, no evoluciona", "invertir en infancia garantiza el goce de derechos", "es necesario en ocasiones separar el rol del Estado y el rol de las empresas, y en algunas instancias mancomunar esfuerzos bajo objetivos comunes","visualizar el drama que se esconde detrás del trabajo infantil es obligación ética y moral de las empresas en sectores formales e informales, ya que afecta a la imagen país e indicadores económicos", "es necesario fortalecer los modelos de política pública para generar empleo decente"; "falta amplificar el diálogo social y el debate constructivo dentro de los colegios, empresas y en los medios de comunicación", "se requiere más colaboración, convergencia y enfoques multiactor alineados con la agenda de la ODS", "reforzar las alianzas asistidos por actores capaces de disuadir a otros actores para sumarse a una trasformación social que abre futuro a quienes hoy no lo tienen", "modelar las comunicaciones internas y externas para estregar la intelección generando confianzas en la sociedad tras cada buena práctica lograda", "hay que despejar las cifras reales de inversión desde el ámbito de la responsabilidad social y sustentabilidad de cada una de las empresas que ya están comprometidas con proteger la infancia y aplacar la problemática del trabajo infantil en todas sus formas", y por último "es necesario que las empresas se vinculen con los actores sociales que generan oportunidades de cambio, además de integrar al mundo académico en la generación de estudios de vanguardia que den nuevas luces a la hora de generar nuevos modelos interventivos".
UPPI Chile en México
Durante las jornadas de
trabajo, se dieron a conocer diversas estrategias de activación y modelos de trabajo de las redes empresariales, teniendo un rol destacado la iniciativa creada en Chile, y que lleva por nombre Red Unidos por la Infancia de Chile (UPPI). En la oportunidad, el representante chileno de UPPI, Erick Bellido, jefe de comunicaciones de Editorial Santillana en Chile, puso especial énfasis en la necesidad de continuar avanzando en el
logro de las metas y ejecución de proyectos, desafiando la necesidad de dar
mayor fluidez a las acciones prosociales, impulsando una agenda de actividades
con planificación a corto y mediano plazo, pero unificando la transferencia de
modelos exitosos, dando capacitación sobre la problemática a los directores y editores de los medios de comunicación, activando campañas de concientización en los colegios, construyendo mensajes para ser viralizados en las redes sociales, además de ponderar mecanísmos para mejorar las estrategias comunicacionales focalizadas hacia segmentos específicos (telecomunicaciones, sectores agrícolas, mineros, comunidades de pueblos originarios, minorías sexuales, grupos de inmigrantes, entre otros, y de esa forma mediar en la toma de conciencia para buscar consenso frente a la necesidad de compartir experiencias y concentrar sinergias para
impulsar renovadas metodologías que logren generar un cambio para: ‘Educar’, ‘modelar conciencia dentro y fuera de las empresas’
y ‘visibilizar’ problemáticas asociadas a temas de infancia y trabajo infantil -que aún no están resueltas- acelerando las capacidades de respuesta no solo de las empresas y organismos internacionales, sino también de la gobernabilidad del mundo público y activar el rol pasivo de las universidades.
Focalizar
acciones en problemas glocales
Desde enfoques multicausales, en diversas mesas de conversación, se
analizó la necesidad de comprender que cada país debe avanzar según sus propios
protocolos, marco normativo y jurídico, entendiendo que las realidades no
siempre son homologables a las experiencias de éxito en un determinado
territorio, razón por la cual, se debe respetar cada contexto, entorno y
escenario, entiendo que los tópicos expuestos son problemas globales, pero
requieren un tratamiento local, ajustando el discurso para educar y prevenir
según el perfil de público objetivo al cual se busca impactar y/o sensibilizar.
Con el propósito de que los
jóvenes puedan tener la oportunidad de acceder a un trabajo decente y continuar
con su proceso de formación escolar, se identificaron diversas acciones
prioritarias que permiten avanzar a nivel interinstitucional en el cumplimiento
de los objetivos de cada nación y de las metas de la Agenda de Desarrollo
Sostenible de cara al año 2030.
Potenciar
la gestión
Cabe destacar, que los representantes
convocados en Ciudad de México, analizaron los avances alcanzados, pero
colocaron especial énfasis en proyectar nuevos desafíos desde el ámbito de la
gestión de incentivos para la participación activa de las empresas, colocando
sobre la mesa tareas como la creación de certificación para empresas
comprometidas con asumir el desafío de erradicar el trabajo infantil, establecer
alianzas entre empresas para proteger la infancia, difundir acciones de
sostenibilidad en red, dar espacios para que cada empresa administre sus
aportes, establecer mecanismos para la medición de impactos, planificar acciones con resultados concretos en públicos focales y, activar estrategias que permitan
integrar a nuevas instituciones para amplificar el alcance de las campañas de sensibilización social, junto con
evidenciar la necesidad de potenciar los liderazgos emergentes.
Actividades
claves
Hubo consenso en dar prioridad
a generar acciones de impacto directo, involucrando presupuestos y áreas: responsabilidad
social, comunicaciones y marketing. La idea es incidir sobre la toma de
decisiones en públicos diversos.
Por otra parte, se colocó en
tabla la necesidad de impulsar el desarrollo de capacidades a nivel interno y
externo, mediante el desarrollo de actividades de formación y ejecución de
acciones entorno a la gestión del conocimiento y la socialización de
experiencias destacadas.
Finalmente, aparece como
prioritario el monitoreo de las acciones y de los resultados a partir de una
línea base y definiendo indicadores acordes a un plan de trabajo acordado por
los miembros de una potencial red de empresas. Y paralelamente, dar dinamismo a
todo lo expuesto mediante una ‘secretaría técnica’, que permita coordinar las
acciones pro infancia vulnerada, e identificar recursos, hacer seguimiento a
temas y activar planificación para una diligente administración de la red.
Agenda
2017
La cartelera de eventos se visualiza
recargada de actividades, ya que se realizarán diversos encuentros internacionales
durante el primer y segundo semestre del año 2017, oportunidades que permitirán
obtener una visión general de las necesidades y oportunidades existentes en
base a la realidad del trabajo infantil en la región, lo cual orientará y
reforzará su capacidad de respuesta desde distintos ámbitos de acción: política,
educación, legislación, cultura preventiva, visión empresarial y propuestas
desde los organismos internacionales.
Más información:
http://white.lim.ilo.org/ipec/
http://www.uppi.cl/
http://www.ilo.org/global/lang--es/index.htm
http://www.iniciativa2025alc.org/es
http://www.pactomundial.org/
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