CORRÍA FINES DEL SIGLO XIX, CUANDO UN ACAUDALADO EMPRESARIO BELGA, CONCRETÓ UNA DENIGRANTE EXPOSICIÓN EN PARIS: UN ZOOLÓGICO HUMANO CON INDÍGENAS PROCEDENTES DE ÁFRICA Y AMÉRICA DEL SUR. A 123 AÑOS DEL HUMILLANTE SUCESO, UNA OBRA TEATRAL Y UN TEXTO EN CHILE RECREAN EL DRAMA DE UNA COMUNIDAD SUFRIDA COMUNIDAD INDÍGENA.
Texto: Erick Bellido Y.
Fue en el marco de la inauguración de la Torre de Eiffel que el Gobierno de Francia efectuó en la ciudad de París entre el 6 de mayo y el 31 de octubre de 1889 una imponente exposición con el ánimo de reflejar la gran diversidad universal, como una forma de celebrar el Centenario de la Revolución bajo los lemas de igualdad, fraternidad y libertad.
Si bien la expo contó con diversas escenografías y stand, hubo una espacio que dejó perplejo a cuanto visitante se apersonó en el encuentro. Si, porque Maurice Maître -un empresario inescrupuloso- resuelve literalmente secuestrar indígenas procedentes de América del Sur, específicamente de la bahía San Felipe a toda una familia compuesta por once indígenas Selknam (Onas), a quienes llevó atados con cadenas. De ellos dos murieron en un largo viaje rumbo al viejo continente. La finalidad de Maître, presentarlos ante la sociedad europea como si fueran verdaderos animales, tras montar un “Zoológico humano”.
Fueron presentados tras rejas como caníbales, todas las tardes les arrojaban carne cruda de caballo y los mantuvieron sucios y sin posibilidades de higiene, para que tuvieran la apariencia de salvajes, todo para obtener beneficios comerciales. Ante las inhumanas condiciones de la exposición, la Missionary Society comenzó a exigir la liberación y el retorno de esta familia a Tierra del Fuego. Fue tal la presión que obligó a Maître a cancelar la gira por Inglaterra y se fueron a Bélgica, llegando sólo siete Selknam con vida a la ciudad de Petit-Carmes. Una vez en Bruselas fueron exhibidos en el Musée du Nord, el cual ofrecía una amplia variedad de atracciones, desde equipos eléctronicos hasta obras de teatro con actores enanos. Fue en este contexto que el grupo de siete Selk´nam fueron encarcelados por la policía belga en la sección de extranjeros. Tras este episodio, Maîtres y el grupo de Selknam, volvieron a Inglaterra desde donde se embarcaron de regreso a Tierra del Fuego.
Cuenta la historia que ya en septiembre de 1881, once fueguinos fueron exhibidos en el Jardín de Aclimatación, aunque no existe claridad de si eran Kawésqar o Yaganes. Habían sido raptados en las costas del Estrecho de Magallanes por Johann Wilhelm Wahlen, un marino alemán. En los primeros días, la hija menor de uno de ellos murió. Luego de París fueron exhibidos durante tres semanas en Berlín, donde los alojaron en el recinto de las avestruces. La gira siguió rumbo a Leipzig, Munich, Stuttgart y Nuremberg. Para entonces ya se encontraban bastante enfermos y camino a Zurich murió una mujer apodada Grethe, la salud del resto del grupo estaba tan frágil que debieron cancelarse todas las presentaciones en Suiza. Fue en este momento cuando el empresario Carl Hagenbeck intervino y envió de regreso a Punta Arenas a los cinco sobrevivientes de la gira, ya que el responsable de llevarlos había dado un deposito de garantía por los indios. En el viaje murió el último, apodado Andrés. Así es cómo regresaron tan solo cuatro de los once. Por ello en las representaciones que hicieron de este grupo, nada hacia señalar que eran canoeros, si no todo lo contrario, los representaron como nómades terrestres. Las fotografía tomadas y los gravados e ilustraciones realizados a partir de aquellas exposiciones fueron tomadas como verdaderas y adquirieron carácter científico con enfoque antropológico.
Cabe destacar al respecto, que son escasas obras literarias que han logrado rescatar fotografías de fuegüinos y mapuches en el Jardín D´acclimatation de Paris en el siglo XIX. Pero el libro “Zoológicos Humanos” de Editorial Pehuén tiene el mérito de rescatar ese magro pasado al revelar imágenes que logran dar cuenta de los hechos relatados, brindando la oportunidad de acercarnos a una sensible manifestación de indignidad de nuestra especie, la cual contribuye a no sustraernos de la indolencia con que el hombre se destruye así mismo.
En junio dos familias de Mapuche fueron exhibidas en el Jardín de Aclimatación. Un grupo de seis hombres, cuatro mujeres y cuatro niños fueron llevados hasta el lugar por el alemán Richard Fritz y según los registros había participado en un nguillatun en la comunidad de estas familias, lo que indica un nivel de cercanía, por ende que no fueron llevados hasta Europa por la fuerza. Durante la exposición en París la representación se hizo a través del juego del palín y por el uso de sus instrumentos, sobre todo por el sonido de la trutruka.
DE LA HISTORIA A LAS TABLAS
La descalificable acción impulsada por Maitre, es reflotada por una Compañía de teatro chilena “La Patogallina” con la finalidad de redituar la dignidad de los pueblos originarios, presentando en escena la obra titulada “Extranjero, el último hain”, y cuyo elenco actoral trae la historia de un joven Selknam -no mayor de 13 años- desarraigado de sus terruños junto a un grupo de indígenas procedentes de Tierra del Fuego, todos los cuales fueron humillados, maltratados y exhibidos como bestias salvajes frente a morbosas miradas europeas, pues el mal llamado “The Zoo Human”, itinerando por Francia, Alemania, Inglaterra y Bélgica con la finalidad de revelar las rarezas del fin del mundo.
De esta forma, el inédito montaje dirigido por Martín Erazo, no sólo logra desnudar una cruenta historia real, por cierto vergonzosa y desgarradora, sino que además traspasa una mirada lúcida de conciencia en torno al respeto de la dignidad humana mediante la fuerza escénica y la mirada de las artes escénicas.
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